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''La Vida solo es Importante Cuando se Lucha y Cuando se Ama'' Juan Loyola.

jueves, 26 de febrero de 2009

La revolución iraní (I)

26/2/2009

La revolución iraní (I)

x Ted Grant

Artículo de 1979, escrito al poco de triunfar la revolución, necesario en este momento para comprender mejor ese proceso oscurecido por su resistencia al imperialismo

La semana pasada tuvo lugar una de las manifestaciones más grandes de la historia: más de tres millones de iraníes en las calles de Teherán para dar la bienvenida al líder religioso, el ayatolá Jomeini. La semana anterior se habían levantado barricadas y los trabajadores lucharon junto al ejército. Eran escenas que recordaban la revolución de febrero de 1917; los soldados se suponía que debían apoyar al viejo régimen pero, en su lugar, hacían guiños a la multitud y gritaban: "Estamos con el pueblo".

Irán es un país en medio de una revolución. Las fuerzas en combate son, por una parte, las que están al lado de la monarquía autocrática, apoyadas por los capitalistas, y las clases terratenientes, que cuentan con el apoyo de la policía y el ejército. Enfrente, la clase obrera y la clase media que miran hacia un clérigo musulmán, particularmente el ayatolá (Hombre Sagrado) Jomeini, exiliado en París.

Este análisis intenta demostrar la situación real que existe en Irán y los principales caminos que puede seguir la revolución, que comenzó hace un año con las manifestaciones contra el Sha y su odiada policía secreta, la SAVAK.

Un sistema totalitario sólo puede mantenerse por medio del terror y de un sistema de informadores mientras las masas permanecen inertes pero una vez que éstas entran en acción contra el régimen, es el principio del fin. La monstruosa policía secreta demostró su impotencia frente al movimiento de las masas.

La presión desde abajo provoca escisiones por arriba entre la clase dominante que, temiendo su derrocamiento, intentará e introducirá reformas desde arriba para evitar una revolución desde abajo. De ahí el "arrepentimiento" del Sha en su lecho de muerte y su tardío anuncio de reformas, particularmente la creación de un "parlamento" que, sin embargo, estaba subordinado a la monarquía.

No obstante, estas "reformas" prepararon el camino para el derrocamiento del gobierno del Sha y para la intervención directa en la escena histórica de la clase obrera junto con distintas capas de la clase media.

La monarquía Phalavi tuvo que huir ignominiosamente de Irán, a pesar de la resistencia del imperialismo, particularmente el estadounidense. Owen y Callaghan mancillaron vergonzosamente el movimiento obrero saliendo en apoyo del Sha, con sus frenéticos intentos de apuntalar la tambaleante monarquía. El petróleo por supuesto ha sido la clave en la política del imperialismo británico y estadounidense, que ha hecho enormes inversiones en Irán. Ahora es el segundo exportador mundial de petróleo, sólo superado por Arabia Saudí. Este petróleo es vital para los estados capitalistas occidentales y es uno de los factores en las decisiones que toma el imperialismo norteamericano y británico con relación a Irán.

Es el cuarto productor mundial de petróleo. En 1976 Irán producía 295 millones de toneladas (el 10 por ciento de la producción mundial), la Unión Soviética 515 (17,6 por ciento), EEUU más de 404 (13,8 por ciento) y Arabia Saudí casi 422.

La transición

El dominio del Sha después de 1953 llevó a Irán a convertirse en un país en transición. Se había convertido en un país semicolonial, mitad industrializado y mitad colonial. Mientras permanecía bajo el dominio del imperialismo anglo-estadounidense, intentó encaminarse él mismo hacia una senda imperialista. Por ejemplo, en el Golfo Pérsico, después de la retirada del imperialismo británico de esta región del mundo, Irán ocupó un par de islas e intentó jugar el papel de policía en los estados del Golfo.

El Sha mantuvo su régimen mediante el perfeccionamiento de un instrumento de terror y represión en forma de la SAVAK, la policía secreta, que se podría comparar con la GESTAPO en cuanto a sus torturas diabólicas, asesinatos, ejecuciones y los horrores que infligió al pueblo iraní.

Al mismo tiempo, en un intento de convertirlo en una de las grandes potencias del mundo, el Sha emprendió la industrialización de Irán a una velocidad precipitada, especialmente después de 1973, cuando el precio del petróleo se cuadruplicó, lo que permitió que el Sha dispusiera de miles de millones para invertir.

El Sha intentaba jugar el papel de monarca absoluto en el antiguo sentido del régimen iraní pero al mismo tiempo intentaba modernizar la economía del país. Para conseguir una base introdujo "reformas agrarias" que enriquecieron a la nobleza, a los terratenientes ausentes que dominaban Irán, quienes en compensación recibieron una enorme riqueza que podrían después invertir en la industria. La idea era transformar la nobleza en una clase capitalista, una clase dominante como la de occidente.

El verdadero propósito de la reforma agraria era echar a los campesinos de la tierra para que sirvieran de mano de obra en las fábricas. Como comentaba The Economist: "En lugar de las familias aldeanas de Irán, él [el Sha] permitió que fuera su anterior primer ministro Hovieda quién dividiera los campos agrícolas, socavando así todo el espíritu de la reforma agraria".

La masiva industrialización que comenzó con el Sha confundió totalmente a aquellos que pretendían, o aspiraban, dirigir a los trabajadores iraníes. Hace mucho tiempo la burocracia de la Unión Soviética renunció a cualquier idea de acontecimientos revolucionarios que amenazaran directamente los intereses vitales del imperialismo, especialmente de la principal potencia del imperialismo norteamericano, debido al inevitable empeoramiento de las relaciones entre Rusia y EEUU que se daría en estas circunstancias.

"Prensa amarilla"

La "prensa amarilla" en Gran Bretaña estaba equivocada al afirmar que estos acontecimientos se debían a la intervención y subversión de la burocracia rusa, de la Unión Soviética y del Partido Comunista.

Todo lo contrario: la burocracia rusa intentó apuntalar al Sha. Inició un lucrativo comercio con él, compró enormes cantidades de gas natural para exportarlo desde Irán a la Unión Soviética e intentó, en general, mantener relaciones amistosas con el Sha. Miraba con recelo los acontecimientos revolucionarios en un país vecino, particularmente en uno con una gran clase obrera que demostró su carácter revolucionario en el transcurso de estos acontecimientos.

El cambio en la correlación de fuerzas a escala mundial ha hecho que la burocracia soviética acumule en sus manos un inmenso poder, mientras que el imperialismo estadounidense se ha debilitado. Aunque no está dispuesta a tomar medidas por sí misma, la burocracia soviética advirtió que cualquier intervención directa del imperialismo norteamericano en los asuntos iraníes provocaría una respuesta inmediata de la Unión Soviética, que enviaría tropas a Irán.

Los diplomáticos de EEUU tuvieron en cuenta esta advertencia. Los maniacos del Pentágono sugerían que sus portaaviones y barcos con marines debían enviarse al Golfo Pérsico con el objetivo de intervenir contra la revolución iraní, a lo que se negó el Departamento de Estado, que comprendía las repercusiones que este hecho tendría a escala mundial en el mundo colonial, y por supuesto las repercusiones en Irán y la Unión Soviética.

Esto demuestra el menguante poder del imperialismo. El imperialismo norteamericano, que no dudó a la hora de intervenir en Vietnam, Líbano o Dominica, se han visto ahora impotente para intervenir directamente en los asuntos de Irán, debido a factores internos e internacionales.

En esta situación la principal preocupación del PC ha sido colgarse detrás de la reacción religiosa y del ayatóla exigiendo la creación de algún tipo de "República Islámica Democrática".

Pero no sólo el Partido Comunista Iraní ha demostrado una reacción débil en Irán durante el transcurso de los acontecimientos. Las sectas ultraizquierdistas también han jugado, como es habitual, un papel negativo. Algunas de ellas han mostrado simpatías y apoyo a los estudiantes "revolucionarios" en Irán.

Los estudiantes

Pero los estudiantes revolucionarios de Irán no se dirigieron a la clase obrera ni elaboraron un programa de acción para los trabajadores, sino todo lo contrario: las sectas les dijeron que regresaran al método inútil del terrorismo individual. Como siempre, las sectas consideraban a la clase obrera impotente, ignorante, analfabeta y totalmente incapaz de cambiar la correlación de fuerzas que existía en Irán, y sus concepciones se reforzaban por el hecho de que la clase obrera estuviera totalmente desorganizada antes del desarrollo actual de los acontecimientos.

El argumento de las sectas y de aquellos que giraron hacia el terrorismo individual fue que el Sha estaba industrializando y, por lo tanto, tenía todas las cartas en sus manos. El Sha había elevado el nivel de vida de la clase obrera; había hecho enormes concesiones a la clase obrera y también al campesinado, lo que, a su vez, llevaría a la estabilidad de su régimen. Declararon que el Sha se podría mantener durante décadas en el poder como consecuencia de la "revolución blanca" y del desarrollo de la industria. A propósito, esta idea también era aceptada por los imperialistas. La CIA, por ejemplo, publicó un informe en septiembre de 1978 diciendo que el Sha tenía un régimen estable, ¡y que continuaría en el poder durante al menos diez o quince años más!

La verdadera tragedia de Irán es que no existía un grupo de marxistas, ni en las filas de la clase obrera ni entre los estudiantes, capaz de preparar estos grandes acontecimientos, como hicieron Lenin y los bolcheviques en Rusia.

Las sectas miopes lo veían todo negro con el enorme desarrollo de la industria. Nuestra tendencia, por otro lado, afirmaba que el desarrollo de la industria también aumentaría enormemente el poder de la clase obrera, un poder que se ha demostrado en el último período en Gran Bretaña, España, EEUU, Japón y Alemania Occidental.

Las huelgas son un testimonio elocuente del despertar y del poder de los trabajadores.

Las indescriptibles torturas, la ausencia de derechos y libertades, las humillaciones sufridas por las masas, en concreto la clase obrera de Irán, han provocado un movimiento implacable de las masas. A primera vista al Sha le iba todo bien, y eso era lo único que veían, desgraciadamente, los radicales en Irán.

¡Después de todo hace sólo seis u ocho meses que el Sha estaba dando consejos a Gran Bretaña sobre cómo ocuparse de las huelgas y de la "inestabilidad permanente" de las "instituciones democráticas de Gran Bretaña"!

El viejo topo de la revolución, sin embargo, estaba socavando la aparente tranquilidad totalitaria que existía en Irán. A la CIA y al imperialismo les pilló por sorpresa, como también ocurrió con las organizaciones de la clase obrera.

Sin embargo, durante los últimos años hubo muchos síntomas de la crísis del régimen. Debido a la prohibición de todas las organizaciones de oposición al "partido" del Sha, la oposición solía reunirse en las mezquitas. Este fue el caso del campesinado, la clase media e incluso la oposición de la clase comerciante al régimen del Sha.

Debido al fracaso del Partido Comunista y de los radicales, incluso en el intento de organizar la oposición dentro de las filas de la clase obrera, el descontento salió a la superficie en las mezquitas, donde se alababan los sermones radicales que, aunque turbios y nebulosos, eran interpretados libremente por las masas.

El Sha desposeyó a la Iglesia de sus tierras, lo cual no benefició a los campesinos sino a la nobleza. El resultado fue que los ayatolás, hombres sagrados, los principales representantes del clero musulmán en Irán, tuvieron que pasarse a la oposición al régimen.

Las masas interpretaban que los sermones de los mulás representaban realmente una lucha contra el régimen totalitario y autoritario del Sha. Los mulás defendían la reivindicación de reintroducir la constitución de 1906.

Debemos recordar que casi dos tercios de la población iraní es todavía analfabeta, lo cual es una consecuencia de la herencia de podredumbre del viejo régimen de los terratenientes y la nobleza.

Manifestaciones

Entre octubre de 1977 y febrero de 1978 hubo manifestaciones ilegales de masas exigiendo derechos democráticos; en los últimos meses de 1978, hubo grandes manifestaciones de estudiantes y comerciantes y, ahora, también de la clase obrera. Utilizando los días festivos religiosos como excusa, empezaron a producirse manifestaciones de miles de personas. La represión ejercida por las fuerzas del Sha, el ejército y la policía, simplemente indignó a la población y provocó movimientos mucho más grandes en Teherán y en las demás ciudades del país.

Según se profundizaba la lucha, era el movimiento de la clase obrera, como en Rusia, el que se convertía en el ariete principal del despertar de la población. La primera revolución rusa de 1905, comenzó con una manifestación encabezada por un sacerdote, el Padre Gapón, defendiendo concesiones y haciendo un llamamiento al zar, "el Padrecito", para que arreglara las cosas. Esto provocó el fuego del ejército sobre la población, cientos fueron asesinados y miles heridos: había comenzado la revolución rusa de 1905. De la misma manera, tuvimos el inicio de la revolución en Irán.

Sin embargo, hay diferencias importantes entre la Rusia de 1905 y el movimiento actual en Irán. La revolución iraní ha comenzado con una conciencia mucho más elevada por parte de las masas, que no hacían peticiones a "su Padre" el Sha, sino todo lo contrario: exigían el final de la monarquía con las consignas "¡Abajo el Sha!" y "¡Muerte al Sha!"

La clase obrera de Irán es en proporción a su población mucho mayor de lo que era la clase obrera rusa antes de la revolución de 1917. Sólo en la manufactura hay dos millones de trabajadores iraníes y otros setecientos cincuenta mil en el transporte y otras industrias. Además existen amplios círculos próximos a la clase obrera en las oficinas, el funcionariado, la alimentación y en pequeñas empresas de ese carácter.

La mayoría de la industria manufacturera en Irán es pequeña pero, hay ciertos monopolios gigantescos que dominan la escena. Algunos emplean a cientos, miles e incluso decenas de miles de trabajadores. En Rusia la clase obrera era sólo de cuatro millones entre una población de 150 millones. En Irán la clase obrera tiene al menos de tres o cuatro millones de trabajadores, en una población de 35 millones.

En otras palabras: la correlación de fuerzas en la clase obrera es numéricamente mucho más fuerte e incluso más favorable en Irán de lo que era en Rusia en 1905 o en 1917.

Los trabajadores

Pero, por otro lado, en Rusia existía un partido, cuadros bolcheviques y cierta conciencia socialista, al menos en las capas avanzadas de la clase obrera.

El papel de la clase obrera en la producción significa inevitablemente que desarrolla una conciencia colectiva, tanto en el proceso de trabajo como en el proceso de la lucha contra sus opresores. Ésta es la razón por la que sólo la clase obrera puede cambiar la sociedad.

Sobre todo, el movimiento de los trabajadores petroleros, la llamada sección privilegiada de la clase obrera en Irán, ha socavado decisivamente el régimen. Durante los últimos dos meses ha habido una huelga general intermitente en los pozos petroleros. A pesar de la represión militar, el arresto de los dirigentes y las ejecuciones, los trabajadores petroleros se mantuvieron firmes y se negador a trabajar en la producción de petróleo para el odiado régimen hasta que el Sha abdicara. Una vez más las masas, incluida la clase media, se han manifestado.

La SAVAK

Los funcionarios y los trabajadores de la banca jugaron, igual que en Portugal, un papel fundamental a la hora de poner de rodillas a la monarquía absolutista. Su huelga llevó a la paralización de la economía del país. La huelga del Banco Central de Irán, en particular, fue muy efectiva y a ésta siguió la quema de 400 bancos por parte de las masas enfurecidas.

Los trabajadores de la banca, cuando fueron a la huelga, revelaron que en los últimos tres meses 178 miembros de la élite dominante habían enviado al extranjero 1.000 millones de libras, incluidos los familiares del Sha. Ahora, preparándose para el exilio después de haber enviado su familia al extranjero, éste ha transferido 1.000 millones de libras a bancos de EEUU, a parte de otros 1.000 millones de libras que están en bancos de Bonn, Suiza y otras partes del mundo. La autocracia ha saqueado el Tesoro iraní.

La revolución ha abarcado a la mayoría de los sectores de la nación menos a un puñado de capitalistas, terratenientes, seguidores de la monarquía y al grueso de los oficiales del ejército. Los comerciantes y los pequeños tenderos se han arruinado con el desarrollo del capitalismo moderno en Irán, lo que ha alimentado su odio contra el gobernante absolutista, al que ven como la fuente de sus males. Miles han sido asesinados debido a la represión de las fuerzas del estado, la policía, la SAVAK y el ejército. Cada ciudad de Irán ha presenciado manifestaciones, ha visto cómo se disparaba contra los manifestantes y también el intento de organizar a la reacción contra la clase obrera y la población.

En muchas ciudades más pequeñas ha habido ataques fascistas por parte del ejército y la policía con gamberros seleccionados, como los Centurias Negras en Rusia antes de la revolución. Han sido utilizados con el objetivo de golpear y secuestrar, aterrorizar a los campesinos y a la clase obrera en las ciudades pequeñas de Irán. Sin duda, si hubieran podido hacerlo habrían utilizado métodos similares en las grandes ciudades.

El Sha, con el fin de dejar una reputación y un recuerdo bondadosos dio la miserable suma (para él) de 25 millones de libras a una fundación de caridad. Pero, por supuesto, acostumbrado al esplendor del régimen de Irán, cuando se marchó al exilio no quería ser un indigente y se llevó algo de calderilla: ¡1.000 millones de libras!

Millones

La tendencia en todas las revoluciones modernas es que las masas salen, a millones, a las calles, como sucedió en Portugal, con manifestaciones de más de un millón de asistentes tras la caída del régimen de Caetano. En Irán se han manifestado millones de personas. Según algunos informes parciales de la prensa capitalista, al menos uno o dos millones se han manifestado en las calles de Teherán con el objetivo de derribar al Sha. En todas las ciudades con una población considerables se han manifestado cientos de miles de personas y decenas de miles en las ciudades más pequeñas.

Éste es el movimiento de los pobres, de los desposeídos, explotados, en el que participan los trabajadores, la clase media, los trabajadores de cuello blanco, comerciantes e incluso de un sector de los capitalistas que entra en el movimiento para sus propios fines. Ellos desean trepar sobre las espaldas de los trabajadores y la clase media.

In Defence of Marxism

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