Aún es Tiempo
Déjeme soñar que al fin la patria no es una utopía
sino una fresca y concreta realización
Déjeme mirar la luz del día
con esta ceguera progresiva
Y grabar en la memoria
sus claridades para no olvidar jamás
que pisamos iluminados estas sendas
Déjeme vivir con mis defectos,
al fin uno es uno solo con su pequeño plan,
con su inalcanzable perfección.
Déjeme sudar estas calles,
que tantos pasos a sido dado,
hacia la nada o hacia el todo o
hacia horizonte irremediable.
Déjeme sonreír a los vecinos,
a los ciudadanos de este micro cosmo,
a la bella cara de este pueblo esperanzado
Déjeme asumir definitivo que vivo,
escribo y amo con la misma intensidad
y el mismo miedo cada mañana
Déjeme comprender las señales,
las marcas de los amores y de los desamores
los desencantos y las derivaciones de la dependencia
Déjeme a mí con mi torpeza,
con mi manera de empezar los días,
de no dormir las noches,
de no saber alimentarme,
del vestir sin cuidado.
Déjeme perderme entre las dudas
alguna vez encontrare las cuerdas
y podré salir del laberinto
Déjeme comprobar
que aun en los momentos difíciles
aun cegado por la impotencia o la ira,
la habilidad es un don asimilado
en otros ejercicios de la supervivencia
Déjeme un instante sin su brillo,
sin su belleza aturdiéndome,
sin el recuerdo de su color quemando,
sin su amor poniendo sal en esta herida
Déjeme salvarme de usted,
salga de mi pensamiento,
de mis celos, de esta ansiedad,
de esta necedad, de esta locura,
que ya me tiene mudo,
escondiéndome de los otros,
y de mi mismo
Déjeme ahora aun es tiempo.
Yasmil Mendoza
Etiquetas: amor, Carlos Angulo, editorial el cayapo, jesus gordo paez, poesía, proyecto Sueños, Yasmil Mendoza
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