BLOG OFICIAL DEL MOVIMIENTO LOYOLIANO DE LIBERACION CULTURAL-M.L.L.C.

''La Vida solo es Importante Cuando se Lucha y Cuando se Ama'' Juan Loyola.

sábado, 26 de mayo de 2007

Caballos y Guerrílla

Ahora sin caballo ¿cómo andar? ¿En la cureña de un cañón? El caballo era de palo. Estaba hecho de mentiras hermosas como frutas de cera. Enjaezado de ilusiones. Con bridas de esperanza. A pesar de todo había una apariencia de marcha, de avance. Al borde del precipicio siempre. A dedos del abismo. Ahora el palo se ha trocado en astillas y la mentira ha quedado desnuda. Los arneses de la ilusión se volvieron humo impalpable. Las esperanzadas bridas se enredaron entre los dedos como hilos de una tela de araña. En el fondo del precipicio de las inconsecuencias, el jinete mira hacia el pasado y llama la cureña, pesada. Todavía blande la estaca pero se lacera la mano. Se siente el ruido cada vez más cercano, cada vez más bronco, cada vez más tenebroso, de la cureña que avanza, que viene desde el pasado.

¡Sin caballo se anda a tientas! ¡Los ojos de los cañones son ojos ciegos!

Argimiro Gabaldón
*

* El reflector del Obelisco. Caracas, 1948,

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Aún es Tiempo

Déjeme soñar que al fin la patria no es una utopía

sino una fresca y concreta realización

Déjeme mirar la luz del día

con esta ceguera progresiva

Y grabar en la memoria

sus claridades para no olvidar jamás

que pisamos iluminados estas sendas

Déjeme vivir con mis defectos,

al fin uno es uno solo con su pequeño plan,

con su inalcanzable perfección.

Déjeme sudar estas calles,

que tantos pasos a sido dado,

hacia la nada o hacia el todo o

hacia horizonte irremediable.

Déjeme sonreír a los vecinos,

a los ciudadanos de este micro cosmo,

a la bella cara de este pueblo esperanzado

Déjeme asumir definitivo que vivo,

escribo y amo con la misma intensidad

y el mismo miedo cada mañana

Déjeme comprender las señales,

las marcas de los amores y de los desamores

los desencantos y las derivaciones de la dependencia

Déjeme a mí con mi torpeza,

con mi manera de empezar los días,

de no dormir las noches,

de no saber alimentarme,

del vestir sin cuidado.

Déjeme perderme entre las dudas

alguna vez encontrare las cuerdas

y podré salir del laberinto

Déjeme comprobar

que aun en los momentos difíciles

aun cegado por la impotencia o la ira,

la habilidad es un don asimilado

en otros ejercicios de la supervivencia

Déjeme un instante sin su brillo,

sin su belleza aturdiéndome,

sin el recuerdo de su color quemando,

sin su amor poniendo sal en esta herida

Déjeme salvarme de usted,

salga de mi pensamiento,

de mis celos, de esta ansiedad,

de esta necedad, de esta locura,

que ya me tiene mudo,

escondiéndome de los otros,

y de mi mismo

Déjeme ahora aun es tiempo.


Yasmil Mendoza

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Escrito de los M.L.L.C., de la memoria. AVANZAR...AVANZAR...AVANZAR

17 Noviembre del 2005

LA VIDA SOLO ES IMPORTANTE CUANDO SE AMA Y CUANDO SE LUCHA

Compañeros y Compañeras, estamos sistematizando las reuniones que hemos tenido, un poco dispersas, perO que se han dado. lo importante es que sigamos aportando ideas al debate, para, en primer sentido, tener lineas concretas de accion del M.L.L.C., y segundo, seguri incluyendo gente para la participacion activa, no solo de los encuentros, sino de las mil y un maneras con las que trabajamos.
Sabemos que a algunos no les gusta mucho leer, pero es la unica manera de que sepan en que andamos los que no han asistido a las reuniones, y los que si, pues que tengan algunas ideas mas claras de lo que ha pasado.
mi lucha y tu lucha son luchas necesarias que hay que
dar. Una mano mas una mano mas una mano son muchas
manos.
En las organicas de discusion, las que se han dado, siempre entramos con la pregunta del ¿que nos une? Esta pregunta creo que encuentra su respuesta muy clara en cada uno de nosotros, hacedores culturales, gente con mucho incentivo social, con trabajo de calle, con inquietudes artisticas, compas inmersos en algunas luchas politico-sociales. Y a partir de alli es que hemos estado un poco a la expectativa de que hacer.
Hemos logrado tener un sentido de pertenencia con lo que hacemos, que puede convertirse en algo tangible en poco tiempo, pero depende de nuestro trabajo continuo, de la iniciativa que en cada uno de nosotros se va tomando para construir el espacio digno de la cultura abierta, perfilando la expresión de todos y todas que es la cotidianidad y que algunos lo llaman un sistema publico cultural.
La gran disyuntiva, en todos los procesos de construccion ha sido y es el encontrarnos, el saber que existimos, pero por muchas causas no nos encontramos, no unimos esos esfuerzos que solos no se ven, pero que en la mayoria, en la montonera, se ven mas alla de la distancia en que nuestros ojos se pierden.
Aun el M.L.L.C. esta en proceso de debate de hacia donde vamos, creo que es necesario hacernos esa pregunta siempre, es la unica manera de no perder rumbo, y ademas sumarles las otras dos, quienes somos y de donde venimos, para optimizar y no dispersarnos tanto.
Uno de los planteamientos primeros fue del M.L.L.C., como vehiculo de denuncia a lo politico, de valorizar la memoria historica nuestra, desgastada y/o sepultada.
Esos primeros dias de construccion se hicieron a traves una concientizacion con los papeles, en donde andabamos moviendonos.
Estoy mas que seguro que, aun y cuando nos sirvio para fortalecer a nivel de tesis(para no hablar de intelectual) al movimiento, realmente no manifestamos con eso la agrupacion de personas hacia la consolidacion de espacios comunes. Solo nos sirvio, realmente, para aprender a esperar, y de esos tantos viajes hemos recogido experiencias por todo el pais que nos han llevado a mirarnos muy fijamente al espejo y poder tomar la decision de seguir construyendo esto.
Hoy podemos decir que la inclusion constante de compañeros es lo mas bonito que nos puede pasar, que muchos de ellos aportan ideas a veces sin darse cuenta. Muchos amigos han estado con nosotros, y solo con un interes de intercambio de conocimientos, de actitudes que retroalimentan nuestros caracteres de seres sociales.
JUNTOS SOMOS TODO, SOLOS SOMOS NADA
El movimiento Loyoliano fomenta la cultura libertaria nuestroamericana, que supere al sujeto y lo vuelva responsable con su medio, con su ciudad, con las formas diversas de expresion, en pro de los procesos de identificacion de las luchas que hay que dar.
El sentido de Libertad que expresamos es el de respeto en el conjunto, en el de la toma de decisiones aprobadas en mayoria en asamblea, no las libertades individuales(que son validas y se consolidan). La libertad debe ser colectiva, con el fin de proporcionar autonomia de cogestion social con todos los compas que integren al movimiento. Debe ser de compromiso.

Lo unico valedero es la expresion constante de nuestros saberes y quehaceres como unico medio posible y viable de ratificar nuestras diversas mas no dispersas identidades culturales.

En este nuevo momento etapa, es necesario que aportemos cada uno de nosotros temas a la discusion, que proponga lo mas minimo que sea, puesto que alli es donde justificamos lo real y participativo del M.L.L.C., y que pueda ser tangible a los ojos de nosotros mismos.

*Somos organica de jovenes con ideales libertarios, culturales, sociales. NO ESTAMOS emparentados con grupos o grupusculos politicos. Ni MVR ni P.J. ni nada.

Aclaremos este punto que es de vital importancia para poder avanzar. Somos hacedores, nuestros logros no se supdeitan a ningun factor politico de partido o de burò. Asi mismo, tampoco negamos que la mayor forma politica de participacion es la sociedad. NO BUSCAMOS conformar un partido politico, estamos muy alejados de eso. Mas alla de las divergencias de que algun compañero tenga militancia politica o no en el seno de alguna org, nuestro destino es otro.

*REDES DE TRABAJO:

teatro musica poesia

cineforos cuenta cuentos malabares

dibujos/murales radio y video periodico popular

En algunos de estos aspectos estamos trabajando constantemente, ademas de los talleres y foros que se suelen dar por alli, cada vez menos bandolerísticamente. Sabemos que no podemos abarcar todo, pero lo importante es delegar, y hay gente que quiere integrar su trabajo.

LO INMEDIATO

Estan haciendose los cineforos, asi mismo el llamado a quienes tengan espacio de presentar una pelicula, solo hace falta tener un teve y un devede, o solo el espacio y las ganas, las peliculas estan.

Se esta haciendo un rescate de la memoria historica de las F.A.L.N. a traves del audio, homenajeando asi tambien, a tres pilares en la concepcion del m.l.l.c.; Livia Gouverneur, Fabricio Ojeda, Chema Saher.

El grupo de Teatro debe tomar decision de que dias se sigue ensayando.

Los grupos musicales se siguen sumando.

Los malabaristas tienen poca motivacion pero mucha conviccion, quiza es el tiempo que tienen y las persecuciones policiales, hay que conversar con ellos.

Periodico Popular solo LA MANCHA que repartimos gracias a unos compas en los encuentros. Hay una revista que nos propone espacios alli, se llama DINAMO, solo falta integrar nuestra propuesta.

La pag web aun esta en preparacion.

Los cuenta cuentos estan en veremos, muy poca motivacion.

Se esta recopilando escritos poeticos literarios hacia la publicacion de primera antologia poetica. Sumense compas. Entre Enero y Febrero debe estar listo.

Dibujos/Murales; estamos trabajando nada mas con dibujos, para los murales debemos organizarnos mas.

Estamos afinando todo para el SEGUNDO ENCUENTRO PACHAMERIKANO POR LA DIVERSIDAD CULTURAL. ya hay avance en eso, asi como el video del primer encuentro que debe estar listo por alli para estos dias(avisen por favor).

La reunion de este sabado se cayo, Pero va para el sabado 26 de Noviembre, en el mismo sitio y a la misma hora, quien desee asistir se acerce. el que no tenga la direccion que avise.

Compañeros, estamos avanzando bastante, quiza no vemos que hemos avanzado, pero ha sido bastante lo que hemos logrado, aun falta mucho camino de lucha. SEGUIMOS AVANZANDO.

AH, por favor, no duden en escribir, colectivizemos, faltan los poemas y las propuestas de los cineclubs.

Compañeros; Saludos fraternales. se les quiere.

Ulianov Ojeda

MOVIMIENTO LOYOLIANO DE LIBERACION CULTURAL

P.D. para LA MANCHA: hermanos, aun esperamos que nos publiquen.

''Recuerden que la vida solo es importante cuando se ama y cuando se lucha, y para hacer de nuestra vida algo realmente cierto y verdadero y justo y grande, tenemos que luchar, tenemos que tener fe en lo que estamos haciendo.''

JUAN LOYOLA

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Fragmentos para No Olvidar La Patria

Extractos del Libro; Para no olvidar la Patria y otras delicateses, escrito por Carlos Angulo, oyendo, memorable, la brísa que traía humanidad.


*Nos interesa la naturaleza como patrimonio de sí misma y no de la humanidad.
Sinó desalojemos el planeta, y demos otra oportunidad a las cucarachas.

*Si no hay franqueza en la partida no habrá respeto por la ausencia.

*Me gusta la línea azul del cuaderno, porque nunca he conocido el mar.
Sobre sus rayas estaciono los barcos que logro imaginar.

*Si construimos el país que soñamos con nuestros propios sueños, que importa lo que diga Dios después.

*Me sacaron casi a patadas de la vida.
Aún así me fue bien, porque la decisión no era quedarse, sino partir.

*Las cosas que he perdido, no se debe al triunfo de otros, sino que ya venían perdidas en sí misma.

*
Eliminar los grados de la escuela, la universidad como el sueño americano
Y nos sentaremos en círculo, cara a cara a conversar.
Cómo ha de ser el azul de la llama que nos alumbra en esta hora.

*Si las estrellas trabajaran como mi papá, se vestirían de kaki.
En la noche, cansadas dormirían, y poco a poco se pondrían flaquítas, y poco a poco se irían quedando solas,
y poco a poco se les iría acabando la risa, la luz y los años.

*Si al fin deciden reconstruir este mundo,
no molesten a Dios, no busquen un arquitecto.

Mas bien llamen a un niño, un obrero, un campesino, los pájaros y las hormigas.

*Sólo los que aman patria o muerte se vuelven a ver, con el corazón intacto de ausencia.

*Si no eres capaz de comprender la posibilidad de fundar juntos un país en colectivo
entonces
que sentido tienen los besos que nos damos, la amistad que nos une, el canto que me cantas, el verso que me dices
entonces
qué adiós puede matar con dolor el sentirse ser parte de ese sueño.

*Consciente,
hasta en la miseria dueles.
Ebrios somos libres, en la libertad que nunca ha sido.
Y mientras haya revolución, me sabe a mierda si no estás.


Proyecto Sueños-Editorial El Cayapo-El Tocuyo.

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Para No Desmayar


Para NO desMAYAR

Por: Matute Carlos ''tute,tito, toto, mute, mito y otras ahuyadas, que la noche sabe bien.



TE ESPERARÉ MIRÁNDOTE DESDE LA CUENCA DEL OJO DE UNA AGUJA...Y DARÉ EN EL BLANCO



Del Tiempo de las Abejas, para la Maya con que se tejen los chinchorros, para reposar la alborada de la esperanza- pag. 3




Es factíble concebirse para el panal, producir la miel para la vída,
lo que otrora dará a los pájaros alegría, acaso como la flor en tiempo de jardínes,
acaso como jardínes que esperan ansiosos la alegría de los niños,
correteando hasta el sudor de la tarde, en que sus madres los llaman, para no ser,
sino quietecitos nenés en la noche que todo lo puede.

En ésta temporada,
de abejas y de mayas,
he hallado la aguja para tejer de sueños invencibles,
un chinchorro
donde, de árbol a árbol, pueda disfrutar de tu papelón, sintonizar la rádio,
y ver el cielo inclaudicable, allaíta, en la mañaníta; Yíta Mayíta.


M@tute, Mata, Matíca, Tito;
como quien díce,
irrenunciable y con ganas de confeccionarme en franela
para ir puesto,
con orgullo y ternura,
en tu corazón.


FIN?

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De la Vída



No te duermas niño, el imperio está herido de muerte, y hará todo lo que esté al alcance para
acabar esta primera revolución del siglo XXI, pero hemos espantado los miedos, y podemos decirle
al departamento de Estado, que pueden usar sus balas, que pueden usar sus misíles,
que pueden usar sus cañones, que pueden usar sus submarínos...como supositorio....
...No te duermas niño, que dormir es feo...

Jesús ''Gordo'' Páez- GiraLuna




Las tesis planteadas, a nivel político, sociológico, y cultural se reventaron, estan en des-uso. La guerra y la paz, lo incomprable, lo incalculable, están vigentes día a día, una más que otra, pero vigentes. Tambien están vigentes otras tesis, que no se denominan así, sino tan solo como medidas globalizantes para asfixiar lo que no es la lógica de la naturaleza de las cosas, de la mar, del cielo, del suelo y de las Patrias, dichas medidas puestas en paquetes capitalistas, con propaganda, música, video, internet, televisión, irrumpiendo en el mercado, y repartídas ya mecanicamente en nuestras sociedades no pertenecen a los partos de lo colectivo, de los pueblos, sino, ensayadas sucesivamente en laboratorios del merchandising, para luego llevarlas a la práctica, y de que manera, para mantener reclusas las mentes en una sociedad cada vez mas enrejada entre tanto Tanto Y Espanto.

De picos y palas también esta hecho el arco-iris, cosa con la que no cuentan muchos, mas bien obvian por que eso de andar creyendo en sinceras formas de organización en sus distintos niveles para la autonomía y liberación de los pueblos, no lo puede comprender quien como el Chichen Itza, no se ha volcado sobre la tierra en cariño y ternura sincera, amistada por gajos de papelón, analfabetísmo creador, y sencillez de pueblo que no conoce de verdades todopoderosas, sino de creadoras en la crianza de la noble Patria, en la fiesta de pájaros y niños. Materna, matria, mujer. Naturaleza pues.

Me lleva la razón de la niñez, de lo que soy ya como adulto, y de lo que pueden ser las infancias; adulteros en alambre de púas, de sueños de boa y espantos, que nada tiene que ver con el folclor.

Hemos aprendido, y de que bella manera, que en el timbre del recreo está la revolución; que es el alma liberada del niño, correteando loco, lleno de vída y alegría, soñando con las nubes, con la copa de los árboles, en ese trinar de pájaros, que es allí donde se aprende primeramente; desnudo ante la naturaleza. Que es duro estar 5 años en clases, informandose de materias, para lograr, como objetívo, un imprescindible título. Mas, a la sin razón de la vida, las licenciaturas poco sirven. Hacedores, ¡¡¡que poca esperanza queda en el salón de clases!!!, sin debate, sin pedagogía para la liberación, sin la rísa y la alegría de como cuando niños, entre juego y juego, siempre había tiempo para un cuento que nos acercaba mas a la tierra que pisamos, y agradable la tarde con un guarapo y pancito dulce, queriendo ser astronauta, paleontólogo, doctor, abogado, carnicero, sin mirarse a dentro de uno y saber que siempre fuímos felices, y no lo sabíamos, pero hay quien duda aún de que la alegría es otra cosa, en un super-hyper mall, del aire con condición, y ya no juegan, y a sus niños le dicen del coco, de un saco donde el los rapta, que habrá castigo para que haya premio, que habrá dolor para que haya placer.

Y sigue el mundo, con girones de la muerte para quien hable de más, a mi que me dején, con mi fogón, mis flores, mis ganas que las dejo en mi pueblo, junto al casabe y al platano, y que torturen como siempre lo hán hecho, que yo me alegro, por que los niños siempre reirán, estarán atentos a la brísa para oir lo que se le debe a la historia; nuestro legado de los hermanos mayores.

Nunca estudié en tus salones, preferí el mundo real, el exterior, de la brísa y de los pájaros. Según tú hé sido derrotado. Es cierto, pero la bandera robada a esta derrota, pesa demasiado para que la icen los mediocres. Esperaré a mi niño, como cuando a Carache se le rompió su caballito de madera, con tantas mentíras que parecían frutas, pero de cera...



Los niños debieran dormir a las madres, Dios no les dió ojitos para que durmieran, yo quiero que grites yo quiero que llores, que la misma virgen se quede despierta y que se trasnochen hasta las estrellas... Que yo tenga siempre tu grito en mis brazos, y estés bien despierto cuando acabe el canto.


Flor De Enero-Cdte. Roberto

Escrito para la Catalana Roja Rojìta.
Para los niños que también somos

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sábado, 19 de mayo de 2007

Para come(nta)rnos un poco

Para come(nta)rnos un poco
o amar(nos) en Tiempos de Fuga.
*Poema del Libro Inédito; Tras La Brida de La Esperanza, por Flor de Enero.


Y aquí estoy planeando un nuevo intento

Buscando hacer efectivo un deseo que amo

Esperando para ello la primera estrella de la noche ...

... Y se ha caído.

No puede el ser envile-CER-se por pequeñas razones que la ira pretenda.

Al parecer entre marineros es bien sabido que cada puerto es una nueva forma de amar, que son brazos y piernas quienes se abren en su andar.

Uno no puede otra cosa que asistir al consuelo indeleble de la bebida y el tabaco, pues la agonía y la queja de la vida de quien anda en la Mar, sabe mucho de des-esperanzas cuando no es un horizonte nuevo el que haya su afán de Pirata.

Cuando partí en mis maderas, ese armazón bastante parecido a una curiara, pretendía la alegría irrevocable del Dorado, mito que trascendió en la época de la conquista, y que solo fué eso; la Divineidad de los Dioses solo se abre hacia los ojos de los hermanos mayores.

Unas orugas, cerca de donde preparaban el casabe para comer con Plátano, fué dándole la razón a un espíritu aventurero que bien iba a saber de tus aguas deliciosas.

Viajero profundo en tus mares, divino y excelso en tu altar, con la promesa de la premisa de la prisa de la brisa, he helado hasta mis huesos, en el hielo contemplativo de las estrellas, al no saberte en el polvo del camino.

Hé amado en muchas sábanas ajenas, camas de resorte, madrigueras para el sexo imprevisto, más sin duda, no puede uno volver acaso, sobre el mismo cielo que nada divide y que todo separa, cuando el Dorado has sido tú, en tierna Flor de Enero, y yo ese colibrí que juega y succiona tus pétalos hasta saberse hendido de placer con tu néctar de olores primaverales.

Más sin duda, el jardín se sostiene, pues la alegría indivisible de saberte cercana en una Isla, no puede sino, enrumbarme a la Mar, hasta dar cono ese trozo tuyo que se quedó con migo.

Comeré tu cangreja en esa salsa que sólo tu sabes preparar.

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RECUERDOS MORENOS

Poema del Libro Inédito; Tras La Brida de La Esperanza, de Flor de Enero

Yo jugaba a la inocencia, aquellos días de Octubre. Puedo saber que andaba por aquella Isla.

Fué solo así, y cuando me dí cuenta, vino ella de rojo. Declinabame a cualquier otra idea sobre la vida que no fuere tan solo fumar un porrito y pintar algo en la escuela de artes, en ocasiones algo de playa, un libro, la música. Así, y de poco, en tres días, bajo el flamboyan, un beso trajo a la chína, un labio con otro labio, caminando rumbo a la marina; la primera vez.

Ella de jeans, yo tambien. Luego de unos besos, tanta humedad, pasión, necesidad, al bajarse los pantalones, fui, fue, fuimos. Allí un día, allí muchos otros. Siempre acompañados de algo de agua, la mejor de las amigas dicen por ahí, mas, yo he sabido, en todos los instantes que he debido sostenerte hasta la eternidad.

Supongo vale la memoria, mejor si es colectiva. Allí suceden grandes cosas. En ella se tejen muchos momentos, instantes, recuerdos. SONRISAS, ese si es un recuerdo, al instante de oler algún sombrero rojo o recitar un poema en colectivo, ir al dentista de compañía, leer una revista en la sala de espera, caminar con los zapatos en la mano, por eso de liberarnos y poner los pies en tierra.

Yo conozco mis recuerdos, yo guardo mis recuerdos en un lugar muy mío. Ayúdame a recordar.

viernes, 18 de mayo de 2007

El Bachiller y los Guerrilleros de los 60´s

Los viejos guerrilleros llegaron con la puntualidad de siempre, inclusive, varios de ellos se adelantaron a la cita. Esta vez fueron convocados para darle "cristiana" sepultura a dos de sus compañeros, desaparecidos por el gobierno del socialdemócrata Raúl Leoni. Los restos de sus camaradas habían sido encontrados días atrás, precisamente, treinta y cinco años después por un equipo de antropólogos de la UCV, con la colaboración de los familiares de las víctimas y de la propia comunidad guaribense. Allí estaban de nuevo para decir ¡presente! los combatientes que no se quebraron, los que siguen jugando por el ala izquierda de la vida: Fernando Soto Rojas, Héctor Pérez, Rafael Barrios, Félix Prada, Rafael Rossell, Gilberto Mora, y otros, quienes fueron miembros del Frente Guerrillero Ezequiel Zamora que operó en la montaña de "El Bachiller" a partir de julio del 1964, unidad ésta creada por resolución del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), al igual que el otro frente, el Antonio José de Sucre que maniobraba en los estados Monagas, Anzoátegui y Sucre.

Por aquél entonces, Acción Democrática y su policía política, la DIGEPOL, eran expertos disparando primero y averiguando después.
Así, instrumentaron contra los insurgentes la llamada operación de exterminio largo y final a partir del año 65, con ella alcanzaron un alto nivel de profesionalismo de tortura y muerte, que nada tenía que envidiarle a la GESTAPO.
Por medio de esa estrategia antiguerrillera apagaron las vidas de Trino Barrios, Víctor Ramón Soto Rojas, Juan Ramón Ortega, Jesús María Hernández, Evencio Canelón, Leonel Gómez, Américo Silva, Agostino Russo (italiano), Ambrosio Viera,, Juan Tovar, Juan Antonio García, Eugenio Riera, Zenobio Bermúdez, José de Sousa (portugués), José Manuel Saer (el Chema), "Coquito" González, Heriberto Cartagena, Higinio Rodríguez, Fernando Lugo, Jeremías Barrios, Freddy Enrique Díaz, José Mendoza Ovalles, José Luis Montero, Alberto Alvarado y de Jesús Márquez. Todos estos veinticinco revolucionarios fueron homenajeados la tarde del sábado 26 octubre de 2002, de ellos, solamente se han encontrado, hasta ahora, la osamenta de seis, los demás, continúan desaparecidos.
Los actos se realizaron en el camposanto y en el parque de ferias "Negro Rojas"de San José de Guaribe del estado Guárico, que es tierra de sol, y de cuando en cuando, de lluvia, de pobladores, de hatos, de conuqueros, de gente humilde, gente trabajadora, donde aún se puede crear un país productivo nacional. La intención del equipo organizador era romper con el silencio y aprovechar para empezar a cambiar la calidad de los actos: "Porque los actos –nos dice Fernando Soto Rojas, el otrora comandante Ramírez–, "tienen que ser actos de calidad y el de esta tarde va ha ser una excelente jornada, por la poesía, por el canto, por la participación y por la presencia, sobre todo, de gente del pueblo".

Rebelión conversó con Fernando Soto Rojas, uno de los sobrevivientes de aquella época de los 60', y también uno de los organizadores del homenaje a los caídos de El Bachiller. Por sus palabras iniciales apreciamos que la historia de Venezuela, lejos de terminar apenas comienza. Le pedimos que iniciara la plática hablándonos del proceso revolucionario del cual él fue uno de los principales actores.
–El proceso de lucha armada, lo que se llama la lucha armada del sesenta se da por dos causas fundamentales, una, que en el proyecto popular que sintetizaba la Junta Patriótica que lideraba Fabricio Ojeda no se cumplió, más bien se impuso el pacto de Nueva York, que después se concretó en el llamado Pacto de Punto Fijo. Y la otra causa que generó ese proceso, es la influencia tremenda que significó para los sectores juveniles y estudiantiles, el vínculo con el triunfo de la Revolución Cubana. Esos hechos matizaron mucho más los procesos armados, que no ocurrieron solamente en Venezuela, sino en toda Latinoamérica.

–Relátenos un poco la vivencia en ese "no lugar" que se llama El Bachiller y díganos los nombres de aquellos revolucionarios utópicos que un día se pusieron las botas y se fueron para la montaña.
–En relación a la zona de El Bachiller y al Frente Guerrillero Ezequiel Zamora, eso arrancó como una escuela guerrillera, dirigida por Trino Barrios, quien era un dirigente campesino que venía de las filas de Acción Democrática, junto con otro muchacho llamado "Coquito" González y había, además, un compañero de nombre Raúl, eso fue a principios de 1963, si mal no recuerdo, y funcionó, mas o menos, como un año. De los tres combatientes mencionados, todos están muertos hoy en día. Después, a mediados de julio del año 64, nació el Frente Guerrillero Ezequiel Zamora en la zona de Corozal, que es un caserío que está allí todavía entre El Guapo y Cúpira, estado Miranda. Con Trino Barrios habíamos fundado años atrás el MIR, concretamente, el 9 de abril de 1960. Entonces lo que había allí era una escuela de preparación de combatientes para llevarlos luego a la lucha urbana, y, por su puesto, a la lucha guerrillera rural que ya había comenzado en Falcón, en Portuguesa y estaba operando también en el oriente el país. Sin embargo, dada la proximidad a Caracas y las condiciones políticas, fue creciendo esa escuela guerrillera, y llegó el momento en que éramos más de cuarenta guerrilleros y fue así como se decidió transformarla en un frente guerrillero, que se llamó Ezequiel Zamora. Empezamos operaciones a fines de julio de 1964, fundamentalmente, fueron operaciones defensivas, porque hubo una delación y entonces, nos tiraron los cuerpos de seguridad encima, la DIGEPOL, o policía política, con sesenta hombres, que por cierto, no subieron, después nos lanzaron el Batallón Bolívar y libramos como tres o cuatro combates de carácter defensivo con bajas esencialmente de ellos.

–¿A quien correspondió la decisión de crear el frente? Tenemos entendido que lo hizo la dirección política del partido, es decir, Domingo Alberto Rangel y Simón Sáez Mérida, entre otros.
–Fue una decisión básicamente de la organización militar del MIR. Domingo Alberto Rangel era el Secretario General del MIR, y Simón Sáez Mérida, para ese entonces, ya estaba preso en el Cuartel San Carlos, por lo de El Carupanazo. Pero la decisión política fue más que todo del Comité Regional de Caracas, del Distrito Político Militar del cual yo formaba parte, ya que a mí me correspondía comandar la Brigada Urbana del MIR, que constaba de 120 hombres armados y de dos mil combatientes en las bases de apoyo. Esa brigada la formaban tres destacamentos de combate, en la dirección estábamos un compañero llamado Bartolomé Vielma, ya muerto y aún sin aparecer sus restos, Rómulo Niño y Fernando Soto Rojas.

–¿Entonces la decisión fue colectiva?
–Sí, muy democrática, incluso, debo decirles que el Frente Guerrillero Ezequiel Zamora, era el más democrático de los frentes militares que yo conocí en esa época, porque ahí funcionaban las células políticas del MIR y de las otras organizaciones políticas que no eran del MIR, sino que además participaban el Partido Comunista y otras organizaciones. Al mismo tiempo fue una guerrilla de carácter internacionalista, como todo los procesos armados. En El Bachiller, participaron panameños, colombianos, cubanos, portugueses, españoles e italianos, y como es lógico, venezolanos. Allí murió en combate Agostino Russo y José de Souza, ítalo y lusitano, respectivamente. Aunque faltan muchos nombres de compañeros, a muchos de ellos no los conocíamos, sino por sus seudónimos; de allí que estemos en ese proceso de investigación para identificarlos y darles sepultura legal. Este monumento que hoy levantamos en honor a los mártires de El Bachiller, tiene suficiente capacidad como para sepultar a otros compañeros.

-Los malos momentos forman parte de la cotidianidad de la lucha, sin embargo, únicamente su vivencia es la que nos deja bien curtidos para no incurrir en nuevos errores. Porqué no transita brevemente su recuerdo hacia lo que llamaríamos "la virulencia"de la lucha guerrillera.
-El peor momento de ese período, fue el de las operaciones defensivas de julio, porque, sencillamente, esa ofensiva inicial la tomó el ejercito, nosotros no estábamos preparados para resistir esos ataques. Nosotros no dominábamos, totalmente, el territorio, vencíamos un pequeño territorio, de más o menos, unas mil hectáreas cuadradas, que cubren toda el área entre El Guapo y Cúpira y parte de la zona nororiental del estado Guarico. Y, fue terrible, porque en esas operaciones defensivas concentramos toda la guerrilla y al rato fue que decidimos salir, pues, ya se nos había acabado el pertrecho militar. Recuerdo que me designaron una comisión de siete hombres para buscar unos morrales de armas a San Francisco de Macaira. En el regreso un campesino que era guía se perdió y tuvimos siete días extraviados, aquello fue muy difícil. Para ese momento hubo combates durísimos y nos bombardearon. El Comandante Sánchez, o sea, Trino Barrios, junto con mi hermano Víctor Ramón Soto Rojas, quien era, por cierto, el Comisario Político y Heriberto Cartagena, quienes estaban acompañados de siete guerrilleros más, deciden irse hacia la zona de Sabana Grande de Orituco para hacer contacto con el correaje de Caracas. Ahí los sorprenden sucesivamente en varios combates, se dispersan y algunos murieron, como el caso del compañero Joel Gómez, quien estuvo enterrado en Batatal, el resto de los demás, fueron capturados heridos, pero en seguida fueron salvajemente torturados y rematados.
Al comandante Trino Barrios, comandante Sánchez, lo agarraron muy cerca de Altagracia de Orituco, junto con mi hermano Víctor Ramón Soto Rojas, a quien, repito, lo desaparecieron; Trino fue llevado al campamento anti-guerrillero de Ipare de Orituco donde fue torturado bárbaramente y fusilado en la montaña de Los Colorados, y tres años después aparecieron sus restos y así pudo dársele cristiana sepultura en Caracas. Los del hermano mío ya tenemos 38 años buscándolos y mi mamá que ya tiene noventa y ocho años de edad, todavía los sigue esperando. Cabe destacar que en esa época no hubo Comisión de la Verdad, no hubo el debido proceso, únicamente una pequeña denuncia a nivel de la prensa. Pero lo que es la gran prensa silenció esa situación.
De otro lado, debo decirles que hace poco cuando vino el ex presidente Jimy Carter, nosotros nos reunimos personalmente con la misión que él dirige, yo les entregué una lista con más de mil personas, con sus nombres y apellidos, que tanto el gobierno de Rómulo Betancourt, como en el de Rafael Caldera desaparecieron, todos ellos eran campesinos y luchadores, además, les expliqué detalladamente, los casos del asesinato y desaparición de mi hermano, y el de Jorge Rodríguez, miembro fundador de la Liga Socialista, partido al cual yo pertenezco.

–A más de treinta y cinco años de aquella apuesta por la vida, de aquél deseo por construir una nueva sociedad, qué enseñanzas les dejó a ustedes y ahora a la nueva generación de revolucionarios, El Bachiller?
–En el siglo XX pasado hubo tres generaciones de revolucionarios, la generación del 28, que enormemente traicionó sus postulados, salvo contadas excepciones, como Pío Tamayo, Rodolfo Quintero, Miguel Otero Silva, etc. La inmensa mayoría de esa generación del 28, conformó lo que posteriormente se llamó el Puntofijismo y con él el grueso de los partidos Acción Democrática y COPEI; la generación del 60, que se planteó por primera vez, la toma del poder por la vía armada, porque no había otra posibilidad en términos inmediatos, sobre la base de una articulación cívico-militar, y si que hubo insurgencia militar en el seno del ejército, porque históricamente en nuestro ejército siempre ha habido tendencias nacionalistas y populares; la tercera generación es la de Hugo Chávez Frías, que arranca con los acontecimientos de los años 89 y 90 y llega hasta la situación de hoy. A mí me parece que nuestra generación, lo digo en relación a la dirección política del Partido Comunista y del MIR, que son los que vivieron ese proceso, no hicieron una evaluación exhaustiva de esa realidad venezolana, y en esencia, de la correlación de fuerzas existente para esa etapa; sigo creyendo que todavía la izquierda, en esa época, estaba muy imbuida por el euro-centrismo.
Las corrientes históricas que fundamentaban aquí a los partidos políticos, es decir, las corrientes marxistas y las corrientes socialdemócratas, no eran nuestras, nos venían de Europa, y no hubo un análisis científico de la realidad de aquél entonces, y de nuestro propio proceso histórico. Por eso, cuando uno estudia los documentos centrales del Plan de Barranquilla, que es donde se dio inicio al PDN y a Acción Democrática, y el Documento del Partido Comunista de marzo de 1931, ahí están los errores teóricos y políticos, las causas de la derrota de la izquierda, tanto en la guerra como en la paz. Por siete u ocho coyunturas, por los menos, pasó el Partido Comunista; ya que al MIR se lo tragó la coyuntura del 90' y desapareció como tal. Queda ahora el Partido Comunista, creo que es un deber histórico de su actual dirección, hacer el balance de los 70 años de lucha, porque eso es importante en un proceso de rectificación y de articulación de nuestra generación del 60' con estos nuevos jóvenes que hoy la integran. Nosotros, en este tiempo presente, no podemos cometer esos mismos errores, en el caso particular mío, por ejemplo, yo soy de Altagracia de Orituco y de aquí, de ésta región, es un gran guerrillero, Emilio Arévalo Cedeño, quien peleó largamente; siete veces invadió al país y peleaba desde los llanos del Casanare hasta aquí, hasta la zona de Anzoátegui, que es un amplio territorio. Nosotros cuando nos alzamos desconocíamos esa historia, yo vine a saber de Emilio Arévalo Cedeño, después que fuimos derrotados militarmente. Entonces, yo creo que la experiencia de hoy, donde hay una fuerza realmente del pueblo, que parte de dos elementos esenciales: Uno, tenemos un programa que es el texto constitucional, que sintetiza los elementos de la soberanía nacional y de soberanía popular y que nos ofrece una sociedad justa y amante de la paz, en el marco de un país productivo nacional; y dos, un liderazgo que apareció en el proceso, que es el del Comandante Hugo Chávez Frías; yo veo que esos son los ejes centrales para avanzar en un proceso de unidad y de integración, tomando en cuenta la diversidad, porque en este proceso venezolano hay, como que varias y grandes fuentes ideológicas; la primera, es nuestra fuente, que viene de los aborígenes, la cual es muy importante, porque son 15 mil años de historia que desconocemos, atravesamos por dos modos de producción aborigen que se entroncan en 1492; la segunda fuente ideológica importante, es la fuente de la Teología de la Liberación, toda estas organizaciones religiosas de base que se agrupan en el catolicismo y otras expresiones espirituales, como la de los protestantes, creo que han venido alimentando este proceso; la Teología de la Liberación es un producto latinoamericano, esencialmente; la tercera fuente, es el nacionalismo popular, no el nacionalismo burgués tipo Perón, yo creo que Chávez viene de eso, de esa corriente nacionalista que asume el pensamiento bolivariano, el de Simón Rodríguez, y por supuesto también las corrientes marxistas y socialistas, que también tienen una incidencia en este proceso venezolano, más allá de la problemática global del socialismo, por todo ese acontecimiento que significó la caída del bloque soviético. Yo creo que ahorita, ahorita, tenemos que hacer una especie de revisión crítica, para construir los instrumentos ideológicos-políticos y organizativos, que nos exprese a todos de bis a bis como decía el General Zamora.
En tal sentido, yo aprecio que nuestra generación del 60', particularmente, la alta dirección del Partido Comunista y del MIR no hicieron una evaluación de esa situación; realmente nos alzamos una minoría, básicamente de jóvenes, eso sí, lo dimos todo a cambio de nada y quedamos, no obstante, estos sobrevivientes, perseverando, porque hay realmente un río de sangre en esta democracia puntofijista y que a nuestro juicio está agotada, histórica y políticamente, y se abre una nueva situación con la democracia popular bolivariana, protagónica y participativa. Simón Bolívar, en nuestro humilde criterio, fue el primer constitucionalista de este país, por eso rompió con el proyecto europeo de Montesquieu, de la división histórica de los poderes públicos, el cual, el capitalismo jamás respetó, ni en el siglo XIX, ni en el siglo XX, de allí el bonapartismo y el autoritarismo que ha surgido aquí en este país.

-El comandante Ramírez también hizo sus reflexiones acerca de la creación de un partido de la revolución que movilice al pueblo, pero que además organice esa movilización, a las masas. ¿Porqué no nos paseamos un poco en la perspectiva del desarrollo de esta parte de la revolución, queremos decir, el instrumento o movimiento de movimientos que debería estarse construyendo?
–Todas las revoluciones son originales, no hay una revolución "igualita" y muy semejante una de otra, incluso las que fueron por procesos de lucha armada, hay una gran diferencia entre la revolución china y la revolución rusa; entonces, esta revolución es venezolana, es latinoamericana, es caribeña, se entronca en esas cuatro grandes fuentes históricas. Pero hay una cosa, al final los procesos revolucionarios descansan en los pueblos. Y esos pueblos tienen que cumplir su propio destino, así o demuestran todas las revoluciones que se han dado en el mundo. ¿Qué se necesita? Primero, que se requiere de una dirección revolucionaria colectiva, que transcienda más allá del liderazgo único, porque el hombre es temporal, puede desaparecer por diversas circunstancias. El caso de Bolívar lo demuestra, ya vimos que no se le dio continuidad; el de caso de Ezequiel Zamora tampoco... es decir, nosotros veníamos de esa dicotomía histórica "insurgencia-derrota" y ahora debemos asimilar esa situación; de manera que estamos en la necesidad de más temprano que tarde, construir una dirección revolucionaria y esa dirección revolucionaria tiene que trabajar, esencialmente, sobre tres instrumentos, clásicos de todo proceso revolucionario:
Uno: una organización de vanguardia, póngale el nombre que sea, partido, movimiento bolivariano, lo que sea, pero que efectivamente tiene... es una organización de la selectiva de los cuadros, civiles y militares, articulada democráticamente a nuestro pueblo, no "cogollérica", esa es una necesidad, hoy en día. Además, los aparatos políticos tienden a agotarse rápidamente si no hay profundas rectificaciones, esa es una cuestión para todos nosotros La otra necesidad (sería lo segundo)... y yo paso a creer que marchamos hacia eso, es la necesidad de una agrupación nacional, que sea producto de un gran encuentro democrático. Marchamos hacia un Congreso Popular Bolivariano para enfrentar al enemigo externo que el imperialismo yanqui y que es quien está detrás de toda esta situación. Ahora, cómo va ser eso, no sabemos. Si parece ser que la estrategia norteamericana está fracasando en América Latina, totalmente. Porque la salida que le están dando es una salida militar, fascista, golpista y el mapa político está cambiando; y uno de los ejes centrales es Venezuela, los ojos del mundo están pendientes de lo que suceda aquí, lo que pasará en Brasil con Lula da Silva, es muy significativo, más allá del proyecto de Lula. En Ecuador, también... por aquí estuvieron hace un año esos compañeros, no se les paró, como se dice, vulgarmente, mucha bola, y ahí está los resultados. Podemos llegar electoralmente. Está también la situación argentina que acaba de renunciar el Presidente y va de nuevo a un proceso electoral. América Latina vuelve a ser como decía don José Ingenieros, el continente de la esperanza, pero tenemos que crear esos instrumentos.

–El mundo militar aún es confuso para el resto de la población... ¿sí, se vislumbran cambios en ese sector?
–Otra cosa que nos señalan los acontecimientos de abril es que tenemos que crear una fuerza militar constitucionalista, no institucionalista; porque institucionalista es el general (r) Raúl Salazar, por ejemplo. El institucionalismo sigue para la derecha o hacia la izquierda y cuando se agudizan las contradicciones se va generalmente para la derecha. Entonces, necesitamos una fuerza militar constitucionalista porque hay que revisar toda la estructura militar y toda la formación de todos y cada uno de nuestros oficiales, altos, medios y soldados, y las bases.....

– ¿En el Frente Cívico Militar Bolivariano apuntan hacia la concreción de unas nuevas FAN? –le apuntamo
–Sí, hemos hablado con algunos oficiales, realmente, no voy a señalar sus nombres, allí se está revisando todo el sistema de seguridad, necesitamos una doctrina de seguridad democrática que no puede ser pentagonista.
Necesario es, derogar el Código de Justicia Militar, ese es un código gomero que viene de la Constitución de 1925, que se comenzó a aplicar con Eleazar López Contreras el año 38, ese código es absolutamente autoritario y contrario al contenido esencial de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y que está asumiendo esa oficialidad, lo cual ya tiene nombre y apellido, pues, Hugo Chávez Frías, Raúl Baduel, García Carneiro, y pare usted de contar hacia abajo. Necesitamos esa fuerza constitucionalista, porque la derecha que no tiene proyecto estratégico nacional, su proyecto es esencialmente de factura norteamericana, está articulado a la administración Busch, particularmente a través de los grupos Primero Justicia y Proyecto Venezuela. Lo que busca, en esencia, es descomponer políticamente el instrumento militar. Todas esas acciones de la Plaza Altamira van hacia ese fin. ¿Con vista a qué? Con vista a crear las condiciones para una intervención por la OEA, etc., etc., porque ellos saben que ésta correlación de fuerzas desde el punto de vista de la coyuntura, no tiene fuerza nacional, ni fuerza de masas, ni fuerza política, ni fuerza ideológica, como para revertir esta situación. Entonces, ellos están jugando a la intervención directa estadounidense y eso crearía otra situación.

–¿Siente que el presidente Hugo Chávez, comprende plenamente que vivimos la era de las masas, del pueblo organizado, es decir de los que por primera vez se les oye y se les da la oportunidad de participar? ¿Como ve al Comandante Chávez?
–Admito que soy de la idea, de que el Comandante Hugo Chávez Frías, tiene que afinar todos los mecanismos de consulta con todas las fuerzas ideológicas- políticas y de masas que están apoyando fervorosamente esta situación, cuya demostración del domingo 13 de octubre, pasará a la historia como la mayor marcha popular de este país, lo que nos indica que esa movilización está más allá de los aparatos ideológicos. Movimiento que aquí no se democratice de verdad- verdad y consulte al pueblo para definir políticas y la toma de decisiones democráticas, la tendencia es a extinguirse precipitadamente; esta es una coyuntura en la cual el pueblo tomó la ofensiva política-ideológica. Y los acontecimientos del 13 de abril son muy claros y categóricos. El comandante Chávez estuvo detenido y secuestrado durante 48 horas y este pueblo reflexionó en menos de un día y salió por oleadas continuas. Considero que esta situación se va ir resolviendo paulatinamente con oleadas populares cívico militares subversivas; revisemos el hilo constitucional desde el año 89, desde el 98, la constituyente, los siete procesos electorales, lo que nos indica que es una lucha de calle, de debate y de ir afinando hacia el objetivo estratégico que es la construcción de la República Bolivariana de Venezuela, ese es el objetivo estratégico.

–En todo caso, nosotros entendemos que la claridad que tuvo Rosa Luxemburgo, en eso de las masas, está a disposición de esta Revolución Bolivariana, ¿no le parece?
–Aquella combatiente, aquella camarada muerta en las calles de Berlín en 1919 por el nazi-fascismo, nos legó aquél célebre hito: "Barbarie o socialismo científico". A mi me parece que desde el punto de vista histórico universal, el capitalismo marcha hacia un proceso de agotamiento y la única salida que tiene el imperialismo yanqui es la carrera armamentista, porque no tienen otra salida en el marco de una discusión y de un debate entre todas las naciones; su crisis es profunda, tanto por el estancamiento, como por la inflación. Históricamente, a los imperios los entierran los pueblos, o si no, revisemos la historia que es gran-sabia.
El pueblo árabe enterró al imperio egipcio y éste nunca más pudo salir a flote; los romanos también se enterraron y nunca más afloraron, claro que mucho después, lo intentó Mussolini, pero bueno, la historia se da como tragedia y se repite como comedia. Yo creo que el imperialismo yanqui, que tiene menos de cien años, difícilmente dure en la humanidad dos mil trescientos años, ni quinientos, como duró el imperio greco-romano. Entonces, intuyo que ese imperio va ha ser enterrado más temprano que tarde; y otra vez, esta generación de venezolanos –lo aprecio con mucha fe– vamos a volver a forjar la historia, después de casi doscientos años.

Usted conoce a Domingo Alberto Rangel, a Douglas Bravo y a Gabriel Puerta Aponte, pudiera darnos su opinión acerca de esos compañeros, o mejor, ex compañeros.
–Por esos compañeros siempre tenía profundo respeto, históricamente, con Domingo Alberto Rangel nos unimos en la fundación del MIR, pero según mi criterio, Domingo Alberto, es esencialmente, ha sido un anárquico que no ha podido constituir ni siquiera una familia, la familia de Domingo Alberto es adeca y creo que Domingo Alberto es un intelectual, un escritor, pero no es un jefe político, no sistematiza toda esta práctica política y por eso da muchos bandazos históricamente. De Douglas Bravo, yo opino que todavía no ha saldado cuenta con el pasado, Douglas fue una vez estalinista, una vez fue fidelista y después fue pro- chino, luego estuvo muy vinculado con el coronel Ghadafi, etc., etc., Yo sugiero que el compañero Douglas Bravo tiene que hacer una reflexión profunda, por lo menos desde el Manifiesto de Irakara hasta hoy, y tiene que estudiar profundamente esta situación, porque esta es una situación de pueblo; hoy la sombra bolivariana está arropando a todo nuestro pueblo y Douglas Bravo, si de verdad es honesto, y hace una reflexión sincera con sus propios camaradas, es decir, con la inmensa mayoría de la gente que se agrupó en el PRV, no estaría en esa posición ambigua, un poco extremista, anárquica. A Douglas, tengo tiempo que no lo veo, últimamente me lo estoy encontrando en entierros de camaradas (esa tarde el viejo guerrillero de la urupagua se hizo presente). Con respecto a Gabriel Puerta Aponte, puedo decir que Bandera Roja, la alta dirigencia de esa organización, traicionó el programa popular y se ha transformado en una banda fascista, los restos de Américo Silva deben estarse moviendo duro, por cierto, fue uno de los fundadores del Frente Guerrillero Ezequiel Zamora, todos esos camaradas del Antonio José de Sucre, deben estar en estos momentos incómodos con esa posición política de abrazos, de Bandera Roja con la CTV, con los asesinos de ayer y de anteayer, porque ellos están con toda la oscuridad del pasado. Son una banda fascista, y si siguen así, son ellos los que nos van a perseguir a todos nosotros. A Bandera Roja, nosotros los venimos denunciando desde hace dos años para acá como una banda fascista que tiene un lenguaje radical, pero una práctica oportunista.
Por Rebelión. Gracias, Atte; Loyolianos.

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La Revolución verdadera, la violencia y el fatalismo geo-político


Fabricio Ojeda


Un camino distinto al de la sumisa aceptación de la «revolución permitida» –que no es revolución sino en la falaz teoría de los imperialistas– implica un cambio substancial en la actitud de individuos y grupos y conlleva, en primer término, a la liberación de cada cual.

Lo principal está en comprender exactamente los problemas del país, su esencia y sus causas. Luego, la magnitud de los intereses en pugna y la conducta de cada clase social frente al conjunto. El análisis completo de la situación general más el examen detallado de la correlación de fuerzas en lo nacional y lo internacional, determina las características y posibilidades de una revolución verdadera, sin más limitaciones que las que imponen las realidades objetivas y sin más restricciones que las que corresponden a un proceso difícil frente a un enemigo relativamente poderoso.

En la medida de que la necesidad de la revolución se aclara ante los diversos sectores nacionales y aparece en toda su nitidez y, en la medida también de que el pueblo y su vanguardia revolucionaria se lanzan a la lucha definitiva –como ha ocurrido en Venezuela y otros países de estructura [55] similar– los imperialistas y demás clases reaccionarias se apresuran a tomar todas las posiciones correspondientes para mantener su dominación y atemorizar, con la práctica, de la amenaza y los hechos de fuerza, a los grupos y clases que aun comprendiendo aquella necesidad no se atreven a arriesgar lo que ya han conquistado, a poner en peligro sus intereses en una lucha que, mirada superficialmente, luciría como aventura.

Las recientes declaraciones del presidente Johnson al inicio de la crisis dominicana, anunciando que el gobierno de Estados Unidos no permitirá la aparición de «una nueva Cuba» en el continente; la resolución de la Cámara de Representantes norteamericana de apoyar cualquier intervención militar de su país en América Latina; el incremento de la guerra en Viet-Nam y todas las manifestaciones en igual sentido, como la proposición de crear una Fuerza Militar Interamericana, constituyen importantes expresiones de una línea política, que además de ser el único medio para conservar el dominio colonial, está dirigida a la atemorización colectiva y a robustecer, en el seno de los pueblos, los inmensos riesgos, sacrificios y dificultades a que debe enfrentarse la verdadera lucha revolucionaria.

Y por otra parte, no se detienen, como no se detendrán en la utilización de su poderío militar, en crear un clima artificial de facilidades para presentar ante los grupos y clases vacilantes un camino menos riesgoso e inseguro que a la larga satisfaga sus intereses.

Con motivo de la celebración de último aniversario de la Alianza para el Progreso, después de la intervención militar en Santo Domingo para aplastar un movimiento democrático, el presidente Johnson dijo:

«La revolución social democrática es la alternativa –la única alternativa– al derramamiento de sangre, la destrucción y la tiranía. Pues el pasado es pasado. Y los que luchan por preservarlo se suman sin saberlo a las filas de sus propios destructores».

¿Pero quiénes son los que se oponen a la revolución social democrática en la República Dominicana, Venezuela, Perú, Guatemala, Brasil, en el mundo, siendo la única alternativa? ¿Quiénes sino las propias tropas norteamericanas incrementan «el derramamiento de sangre, la destrucción y la tiranía en Viet Nam»? ¿Quiénes sino el gobierno norteamericano, luchan por preservar el pasado y ensangrentar nuestro país y todo el continente americano? [56]

Las palabras del Presidente Johnson, y las del señor Kennedy; las del representante venezolano en la OEA, a propósito de la Conferencia Tricontinental, como las de todos los imperialistas y sus sirvientes, que se contradicen con los hechos (ocupación militar de Santo Domingo, resolución de la Cámara de Representantes, &c.) tienen un carácter claro, preciso. Son como las utilizadas por algún padre bravucón que con un rejo en la mano dice al hijo travieso: «si no te estás quieto, ¡te pego!»

La combinación de las palabras y los hechos, como expresión de una sola política, por parte de los imperialistas, sus ideólogos y lacayos, no ha dejado de darles buenos resultados. Por su medio han logrado mediatizar a importantes sectores de los pueblos colonizados, como el nuestro, para los cuales la liberación nacional es el camino de su propia liberación económica y social, pues abre al país inmensas perspectivas de desarrollo dentro del cual las clases hoy explotadas por el imperialismo y la oligarquía, tienen campo propicio para el incremento del trabajo productivo.

En Venezuela, ya lo expresamos, pocos discuten la necesidad de una transformación revolucionaria para poner fin al actual estado de subdesarrollo, atraso y miseria. El amigo y viejo compañero a quien me he venido refiriendo, está consciente de esa necesidad, como lo están muchos de los que, incluso dentro de la clase obrera, piensan de la misma manera. El problema existe cuando se consideran las vías para lograr dicha transformación revolucionaria. Es entonces cuando surgen dudas y posiciones discrepantes: de un lado quienes creen –como mi amigo– que hay todavía posibilidades de conquistar la liberación nacional por la vía del sufragio, de la sola lucha pacífica de masas, de las reformas progresivas; y del otro quienes –como yo– creen que tal conquista sólo es posible a través de la insurrección popular, consecuencia de la correcta combinación de todas las formas de lucha, dentro de una exacta concepción de la Guerra del Pueblo.

Son, pues, dos los campos en que están divididos los sectores y clases progresistas del país, como también dos los campos en que se comparte la totalidad de la sociedad venezolana. Y los cuales, en uno u otro terreno, se irán definiendo más nítidamente al profundizarse la toma de conciencia por parte del pueblo y sus aliados en la presente etapa histórica, en la que la revolución liberadora es la alternativa nacional.

Los sectores y clases progresistas, como a los que pertenece mi amigo, actualmente ubicados en el campo del reformismo o de la «revolución [57] permitida», carecen de una clara mentalidad de Poder; de lo que significa, en su propia esencia, la conquista del Poder Político como instrumento de lucha entre las clases ascendentes, asfixiadas en forma transitoria, y las clases retrógradas, conservadoras, cuyo dominio es también de carácter transitorio. Muchos de los que hoy estamos en la vanguardia revolucionaria, y yo principalmente, tuvimos una posición similar a la de aquellos sectores. No teníamos concepción de Poder el 23 de enero de 1958, ni en julio y septiembre del mismo año. Para mí la democracia representativa, entonces, era lo mismo que lo es hoy para mi amigo. Yo, afortunadamente, me liberé del reformismo para convertirme en revolucionario verdadero. He tomado conciencia y sobre todo, una clara mentalidad de Poder. Igual proceso se ha cumplido en muchos otros; en unos antes y en otros después que yo, como consecuencia de realidades objetivas que la intensa propaganda imperialista no ha sido capaz de ocultar.

Abandonar el campo reformista y tomar el revolucionarlo significa decidirse a luchar sin temor alguno, tener seguridad de la victoria y desafiar, cual David, al gigantesco poderío reaccionario, como lo han hecho todos los verdaderos revolucionarios de la historia, incluso los revolucionarios burgueses. En esta conversión juega importante papel la mentalidad de Poder, ya que la conquista de él es la finalidad de todo movimiento político. Las clases hoy reaccionarias, que ayer fueron revolucionarias, son lo que son y fueron lo que fueron, precisamente por su mentalidad de Poder. La tuvieron para conquistarlo a través de la guerra (en Venezuela contra el coloniaje español) y la tienen para tratar de conservarlo, también a través de la guerra. Ayer triunfaron porque eran fuerzas nuevas, nacientes de la sociedad, tenían a su lado el apoyo invencible del pueblo (pardos, llaneros y montañeses ofrendaron sus vidas) y representaban el camino de la independencia; pero ahora serán derrotadas –irremisiblemente vencidas– «porque están divorciadas del pueblo; no importa cuan fuertes aparezcan por el momento, están condenadas al fracaso».

El ejercicio del Poder Político es determinante, definitivo en la sociedad. La política no se practica sino a través del Poder, ya sea ésta revolucionaria o reaccionaria, que es en las dos mitades en que ella se divide. En cada etapa histórica hay revolucionarios y reaccionarios; un grueso sector en el medio, sin conciencia propia, vacila a uno y otro lado y se va reduciendo a medida que se desarrolla la toma de conciencia, como producto de la lucha antagónica y los intereses de clase. Pero al principio [58] de todo proceso revolucionario, el sector intermedio bajo la influencia directa de las clases en el Poder –las clases reaccionarias– hace el juego a éstas, aun cuando trata de salirse de su opresión. No obstante, poco a poco, van tomando conciencia y mentalidad de Poder; se producen importantes desprendimientos que engrosan las filas revolucionarias.

En el campo general de la política esto es lo que ocurre con el imperialismo y sus lacayos, que cada día ven reducida su base de sustentación. Después de la Segunda Guerra Mundial el proceso se ha acelerado; el poderío del Campo Socialista ha aumentado grandemente. Han venido desarrollándose revoluciones contra los imperialistas y sus lacayos en vastas regiones de Asia, África y América Latina y las dos terceras partes de la humanidad se han liberado y viven al margen del dominio reaccionario. Esto hace posible, hoy en mejores condiciones que ayer, el avance y la victoria revolucionarios de los pueblos subyugados, como Venezuela, aun cuando estén en el área geográfica más inmediata del coloso norteño, y como Cuba, que ya liberada, realiza su revolución socialista a sólo 90 millas del mismo.

La liberación de los pueblos colonizados y dependientes está fortalecida por estos hechos. Ya el imperialismo, a pesar de todo su poderío, no es la misma fuerza que era hace veinte años. Su base de sustentación ha venido sufriendo un progresivo descalabro y frente a él se yergue un mundo distinto, en franco ascenso, formidable barrera que en lo político y lo militar, contribuye a atemperar y frustrar, según el caso, la furia del gendarme. Además, en el propio campo imperialista existen extraordinarias contradicciones que restan un tanto de libertad a la acción despiadada y hacen que los imperialistas no puedan desbordarse a sus anchas. La situación mundial es cada vez más favorable al progreso de los pueblos. Al lado de la conciencia y decisión que se opera en cada uno de ellos para sacudir las cadenas del colonialismo y la opresión; todo un conjunto de realidades convierte la causa revolucionaria en empresa invencible, con el apoyo moral y material de todos los países amantes del progreso y la paz. Los pueblos colonizados, oprimidos, mediatizados en el ejercicio de su soberanía y desarrollo no se encuentran solos. Su lucha no constituye una causa aislada sólo a expensas de sus propios medios y recursos. Así como existe un campo reaccionario mundial, donde los opresores se dan las manos, se apoyan mutuamente y mueven sus fuerzas integrales en torno a la conservación de su dominio; hay un campo revolucionario [59] mundial, donde los pueblos hacen efectiva la solidaridad militante. Esta circunstancia, la de las nuevas realidades del mundo, explica elocuentemente la razón de la derrota imperialista en Viet-Nam, donde 400.000 efectivos de las Fuerzas Armadas norteamericanas de aire mar y tierra no han podido siquiera aminorar el empuje victorioso del movimiento guerrillero, convertido en Guerra del Pueblo; porque los 40.000 efectivos militares desembarcados en Santo Domingo, ante el repudio universal, fueron incapaces de reponer en el gobierno a los gorilas de Wessin Wessin e Imbert Barrera; y porque el bloqueo imperialista contra Cuba –uno de los más enérgicos impuestos en la presente época– no ha podido surtir los efectos previstos por el Pentágono y el Departamento de Estado yanquis.

Ningún pueblo en proceso de liberación puede ser contemplado librando una lucha aislada; donde dos fuerzas o dos ejércitos beligerantes, como un conejo y un tigre, combaten ante la mirada impasible de los demás. Creerlo así sería un grave error que conduciría al oportunismo y la resignación. La lucha revolucionaria de hoy –así tenemos que verla– es una lucha de todas las fuerzas progresistas del mundo, de carácter complementaria, que se extiende y consolida, como unidad dialéctica, en una situación de gran auge popular y donde las condiciones objetivas de cada país constituyen el elemento principal. Ya en América Latina, como en la primera década del siglo pasado, son varios los países que han iniciado su lucha a fondo contra el coloniaje. Tres de los países bolivarianos (Venezuela, Colombia y Perú) y otros como Santo Domingo, Guatemala y Paraguay, han tomado el verdadero camino de la revolución liberadora, en cuyo centro se alza el principal instrumento de Poder: las fuerzas armadas de liberación. A medida que esta lucha se incrementa y van apareciendo nuevos focos en otros países y los movimientos de liberación en África y Asia continúan su desarrollo, al imperialismo se le reducen aún más sus posibilidades de dominio. Y los problemas que ya confronta el gobierno norteamericano con su pueblo, como consecuencia de la Guerra de Viet-Nam (mayores impuestos y mayores necesidades de reclutamiento) se multiplican extraordinariamente.

Todo el ejército norteamericano de hoy sería insuficiente para distribuirlo como fuerza de ocupación en la extensa geografía sacudida por la revolución. Venezuela es un importante factor del campo revolucionario mundial. Su lucha de liberación es complementaria con la de otros pueblos en trance similar. Una es necesariamente, querámoslo o no, continuación de la otra. [60] Y aunque cada país, como el nuestro en este caso, actúa conforme a sus propias realidades y realiza el tipo de revolución que históricamente le corresponde, no puede eludir, ni ello sería correcto, su integración con otros movimientos similares. No es culpa de los revolucionarios venezolanos que su lucha sea en primer término contra los imperialistas, en lo cual guarda perfecta identidad con las luchas que se realizan en Viet-Nam, en Angola, en el Congo o las que se libraron en Cuba y en Argelia. La culpa en este caso es de los imperialistas, que no han respetado fronteras ni continentes para extender su explotación.

Venezuela lucha hoy contra el yugo norteamericano, como lo hizo ayer contra el coloniaje español; como lo hicieron los norteamericanos contra la dominación inglesa y los brasileños contra el imperio portugués.

Hay gente todavía apegada a las teorías del fatalismo geográfico que creen el mundo en la época de la Doctrina Monroe, cuya síntesis de «América para los Americanos» constituía el reflejo de una situación completamente distinta, en la cual nuestro continente tenía que protegerse contra la expansión imperialista europea; en un mundo de grandes distancias y con rudimentarios medios de comunicación. Esta circunstancia, totalmente superada por los cambios ocurridos como consecuencia de la ubicación del enemigo común en nuestro propio continente; del progreso de la ciencia y la técnica que prácticamente ha eliminado las distancias; del dominio por el hombre, de armas intercontinentales que funcionan a control remoto, con un alto poder de destrucción; y el fortalecimiento del campo de los países liberados y socialistas con una población que supera las dos terceras partes de la humanidad, coloca a dicha gente en un mundo incierto, de espaldas a la realidad; dentro de una concepción política equivocada que sólo contribuye a apuntalar la dominación colonial y su secuela de subdesarrollo, explotación y miseria.

Las tesis de la geopolítica han sido superadas por la dinámica de la historia. Los propios imperialistas norteamericanos han borrado las fronteras continentales. El Presidente Johnson ha dicho recientemente –por si alguna duda quedara– que las fuerzas militares de Estados Unidos estarán presentes en cualquier área del mundo, en cualquier país, donde esté en «peligro la libertad frente a la agresión comunista». Esta agresiva conducta del imperialismo yanqui revela francamente la quiebra de los esquemas intercontinentalistas. Para el gobierno norteamericano lo mismo da que Venezuela o Santo Domingo estén geográficamente ubicados en [61] América, que si lo estuvieran en la Conchinchina (región que hasta hace poco era sinónimo de insondable lejanía) como lo están Viet-Nam, Camboya y Laos.

El análisis del conjunto político mundial; de la correlación de fuerzas internacionales es elemento obligado para el estudio de nuestros problemas como país colonizado, y de sus posibilidades reales para la liberación. Los venezolanos progresistas, cuyos intereses coincidentes con los intereses mismos de la nación, están restringidos en su desarrollo por la desleal competencia del capital y los productos norteamericanos, en primer lugar y, por el control del Poder Político que ejerce la oligarquía criolla, no pueden desestimar en ninguno de sus aspectos la situación presente en el mundo, ni contemplarla en forma simplista o superficial. Es necesario ahondar en el complejo político del momento y mirar hacia el futuro para comprender el panorama promisor que se presenta a nuestro pueblo en su lucha liberadora. A la luz de estos hechos, de las realidades históricas, nadie puede dudar que el camino de la acción revolucionaria, sean cuales fueren las dificultades circunstanciales, es la única vía, la más segura, para el cambio estructural que tiene planteado nuestro país.

En la creación de una firme mentalidad de Poder por parte de las clases populares, patrióticas y progresistas, el primer paso es liberarse del fatalismo geográfico y de las tesis de la invencibilidad del imperialismo y demás fuerzas reaccionarias. Y el otro, convencerse definitivamente de que sin la toma del Poder Político no podrá ser realizado ningún cambio que afecte las causas de la crisis nacional. La realización de una Reforma Agraria para liquidar el régimen latifundiario y modificar el actual sistema de tenencia de la tierra –como aspiran los campesinos e importantes sectores afiliados a Fedeagro– no es posible –ello está demostrado en seis años de vigencia de una Ley de Reforma Agraria progresista– sin transformar radicalmente el propio sistema económico y político de la nación; sin cambiar la composición social del gobierno, donde hasta ahora ha predominado el sector partidario del latifundio y la concentración de la propiedad de la tierra en pocas manos.

Los hombres que han pasado por el Ministerio de Agricultura y Cría –Instrumento funcional de la Reforma Agraria– en la última década han sido invariablemente representantes de las clases adversas a la Reforma Agraria integral y verdadera; pero aunque perteneciesen a las clases progresistas no podrían hacer nada distinto a lo que se ha hecho, debido a que [62] la política agraria no es una parte independiente del complejo económico nacional. Ella forma en un todo, en un sistema, en una unidad indestructible, que comprende inseparablemente el conjunto de la actividad gubernamental en función del control del Poder Político por parte de las clases reaccionarias.

Lo mismo ocurre con el desarrollo industrial del país. Ningún cambio podrá operarse en este importante rubro de la economía nacional que no sea consecuencia de la modificación de todo nuestro sistema de dependencia. Los planteamientos nacionalistas que desde la fundación de Pro-Venezuela vienen ratificando muchas de las organizaciones miembros, quedarán, como han quedado, sustancialmente en el vacío. No se puede pretender que la industria venezolana sea distinta a la de una simple factoría substitutiva de importaciones, sin profundizar, para erradicarlas, en las causas que la mantienen relegadas a esa función. El imperialismo que tiene en Venezuela uno de los más importantes mercados de América Latina, y la burguesía importadora que deriva jugosas ganancias de su actividad intermediaria, no podrán nunca, por sí solos, auspiciar desde el Poder, cuyo control ejercen hegemónicamente, una modificación que remotamente pueda significar perjuicio o desaparición de tales privilegios. El actual Ministro de Fomento que cambió su profesión de obrero y linotipista por la de abogado; de origen social distinto al de los oligarcas, fundador y dirigente de uno de los partidos autollamados de izquierda, y Secretario General de Pro-Venezuela –asociación abanderada del desarrollo industrial independiente– hasta su arribo al cargo que desempeña, no ha podido jugar otro papel que el que corresponde como integrante de un gobierno entreguista, mediatizado por los sectores más reaccionarios y vinculado a los intereses del gran capital venezolano y extranjero.

Como la política industrial es también parte integrante del complejo económico bajo el control del sistema colonial, el Ministro de Fomento, a la manera de los anteriores, pertenecientes a clases y partidos diferentes, ha tenido que someterse, a riesgo de su posición gubernamental, el conjunto predominante en la composición clasista del gobierno.

Ninguno de los problemas que afectan a nuestro país y a las clases populares y progresistas (concentración de la propiedad de la tierra en pocas manos, bajo desarrollo industrial, desempleo, atraso técnico y científico, sub-alimentación, reducido mercado de consumo; falta de viviendas, escuelas, centros de salud y hospitales; bajo salario real; explotación [63] extranjera de las principales fuentes de riqueza; soberanía mediatizada, &c., &c.), pueden ser resueltos sin modificar todo el complejo nacional, o lo que es lo mismo: sin erradicar sus causas. No se trata, pues, de cambios periféricos, de modificaciones superficiales en el equipo gobernante que podrían ser logrados a través de las formas tradicionales de la lucha política, «sin violentar el estado actual de cosas»; «sin chocar de frente contra las fuerzas opresoras»; «en un proceso a través de la evolución del estado actual que transforme progresivamente el régimen de las instituciones políticas...» La propia experiencia, además del estudio de la teoría política, demuestra que a esta altura de la historia, nada tiene que buscar nuestro país en el cambio de una camarilla por otra; o de un partido o grupo de partidos por otro partido o grupo de partidos. Lo que se trata de lograr es un cambio revolucionario, de fondo, en la composición social del gobierno que sea capaz de modificar las estructuras mismas del país y consolidar un régimen independiente, liberado del imperialismo y la oligarquía. La magnitud y causas de los problemas nacionales requiere, sin duda, la conquista del Poder por una alianza de las clases populares, democráticas y progresistas, con fuerza suficiente en lo político y lo militar, para hacer frente a las fuerzas de la reacción.

Está demostrado –y la mayoría de los densos sectores del país así lo acepta– que Venezuela vive una crisis integral y progresiva cuya gravedad requiere grandes esfuerzos para ponerle fin. Ni la Alianza para el Progreso, ni las reformas circunstanciales han podido conjurar el tremendo mal. Sin embargo muchos sectores, conscientes de la necesidad revolucionaria, no acaban de salir del campo de la influencia reformista, de las ilusiones, contribuyendo con su actitud a la prolongación en el tiempo de la situación que agobia el país. Creen, ingenuamente, todavía –y ello es consecuencia de una indefinida mentalidad de poder– que existen otros medios para resolver los problemas nacionales, sin necesidad de exponer sus vidas, su libertad y sus intereses específicos.

No es posible continuar engañados o seguir viviendo en el mundo de las ilusiones. La revolución tiene que hacerse cueste lo que cueste; sean cuales fueren los peligros y dificultades a que haya que exponerse; de lo contrario, el proceso de pauperización, de desaparición de las pequeñas empresas absorbidas por el capital monopolista, continuará su pendiente ineluctable, con su corolario de desempleo, atraso y miseria. La burguesía nacional (agraria e industrial), la pequeña burguesía (estudiantes, [64] profesionales, pequeños comerciantes y empleados), junto con la clase obrera y campesina, cuya vanguardia avanza, por el camino de la insurrección armada (Guerra del Pueblo), deben aglutinar, como una sola voluntad, el frente liberador, fuerza decisiva para la victoria.

Las clases populares, democráticas y progresistas de Venezuela, víctimas de la explotación del imperialismo y la opresión oligárquica, han llegado justamente a la encrucijada: o se resignan a prolongar su existencia en un campo de acción cada vez más restringido como consecuencia del progresivo empobrecimiento del país y de la crisis general que lo sacude; o se deciden abrirse paso a través de la lucha revolucionaria, para conquistar una vida mejor, libre de explotación y opresión, en un país cuyas grandes riquezas en sus manos abriría inmensas perspectivas de desarrollo y progreso.

Los dos caminos que se marcan en la actual encrucijada histórica Polarizan las dos políticas en pugna: la política reaccionaria y la política revolucionaria. Una en descenso vertiginoso, sostenida por fuerzas agonizantes sin otro asidero que el de sus propios instrumentos de Poder; la otra, en flujo permanente, conducida por fuerzas nuevas en pleno desarrollo y vigor, que como torrente desbordado se abren sus propios cauces y arrasan con todo lo que pretende detenerlas.

Nuestro país y nuestro pueblo viven el momento de una crisis revolucionaria, donde los viejos esquemas políticos sufren el impacto desgarrante de la lucha entre lo caduco que se empeña en subsistir y lo nuevo que nace y crece con inusitado vigor. Esta lucha entre la vida y la muerte lo disloca todo. La proliferación de partidos políticos que para unos es expresión de estabilidad, constituye sólo el producto de la propia crisis revolucionaria, donde cada sector se sumerge en la búsqueda de su propia razón y trata de romper con el pasado moribundo. Cada cual se propone encontrar la verdad. Unos, se alinean sin haberla hallado y se colocan todavía en el terreno movedizo de la vacilación; ignoran aún el fondo de la crisis y no comprenden las verdaderas causas que la alimentan. Otros, los que toman plena conciencia y cobran mentalidad de Poder –comprender lo que éste significa como instrumento de clase– se deciden a luchar y toman el camino de la política revolucionaria.

El progreso de Venezuela está indudablemente ligado a su liberación nacional y ésta no puede obtenerse sino a través de la acción revolucionaria; de la lucha decidida y a fondo contra el opresor común. Las clases [65] progresistas, en consecuencia, han de tomar necesariamente este camino; es decir, decidirse a luchar y para ello es indispensable saber que «cuando existe la necesidad de un cambio –como el que está planteado a Venezuela– éste se hace irresistible y, quiérase o no, se produce tarde o temprano». Sólo si se tiene conciencia de que así ocurrirá, y de que los enemigos, por más poderosos que aparezcan en el momento de iniciar la lucha, serán vencidos, se podrá dar el paso correspondiente y despreciar, en lo general, a los imperialistas y demás reaccionarios.

Ya dijimos que en Venezuela existen, como en el resto del mundo, dos políticas: una revolucionaria y otra reaccionaria. La primera significa, en nuestro caso, la liberación antiimperialista y antifeudal, el progreso social y el desarrollo económico; la otra, coloniaje, opresión, atraso, tiranía, miseria...

Existen también dos fuerzas: la revolucionaria, patriótica o progresista; y la reaccionaria, conservadora o colonialista. Y en el centro, un denso sector que vacila hacia uno y otro lado y donde también hay revolucionarios y reaccionarios.

Mi amigo y yo estuvimos juntos, ambos con ideas revolucionarias, en el sector del centro. Yo, a pesar de mi juventud, un poco más reaccionario que él. Sus consejos y los libros que puso en mis manos –muy distintos por cierto a los que antes había puesto Jóvito Villalba– me abrieron el camino correcto de la política. Hoy los papeles están invertidos y mi amigo permanece, aunque sin cambiar sus ideas revolucionarias, estacionado en el mismo sector donde lo dejé hace cinco años. Él entiende la necesidad de nuestra liberación; hasta ahora ha sido un fervoroso partidario de la propiedad social de la tierra; del desarrollo industrial independiente; de la democracia y la soberanía plenas. En la manera de plantear el problema venezolano y de precisar los objetivos estratégicos, no hay mayor diferencia entre los dos. Tampoco la hay entre quienes impulsamos el cambio histórico por medio de la Guerra del Pueblo y los que aún no se han decidido a tomar este camino, permaneciendo bajo la influencia de la ideología reformista y bajo el terror que proporciona el poderío relativo de la reacción nacional e internacional.

El imperialismo y la oligarquía (es la tesis reformista) cuentan con una inmensa fuerza que irremisiblemente será empleada contra cualquier insurgencia de signo revolucionario o contra cualquier gobierno que trate de modificar la presente situación. [66]

Lo uno y lo otro lo han hecho ya en nuestro continente y fuera de él. Lo hicieron en Cuba y fracasaron. Lo hicieron en Santo Domingo y no lograron plenamente sus objetivos. Lo hicieron en Brasil y se impusieron.

El imperialismo no ha descansado un solo instante en su conducta agresiva contra Cuba. Desde el mismo momento que el gobierno revolucionario dio el primer paso hacia el rescate de sus riquezas explotadas por los monopolios norteamericanos y ahondó en la realización de una Reforma Agraria integral, para romper el sistema de tenencia de la tierra y liquidar el latifundio, se puso de manifiesto la reacción contrarrevolucionaria. La conspiración militar interna (Díaz Lanz, Urrutia y Hubert Matos); el sabotaje (incendio de El Encanto, explosión del vapor La Coubre, &c.) el asesinato de trabajadores revolucionarios (Conrado Benítez, Ascunce Domenech y otros); la invasión de Playa Girán, preparada, armada y financiada por el Departamento de Estado y la Central de Inteligencia en Estados Unidos y Nicaragua; la expulsión de Cuba de la OEA y la ruptura multilateral de relaciones diplomáticas y comerciales impuesta por el gobierno de Estados Unidos a los países latinoamericanos; y el bloqueo general, son expresión concreta, hechos indubitables, de una constante represiva. Tal cadena de acontecimientos, unida a otros hechos, se ha producido en dos etapas distintas del régimen revolucionario cubano: la del gobierno democrático burgués, a la caída del tirano Fulgencio Batista, el 2 de Enero de 1959 y la del régimen socialista, proclamado durante la invasión mercenaria, en Abril de 1961.

La transición del gobierno democrático-burgués al régimen socialista fue consecuencia directa de la radicalización popular frente a la agresión imperialista y producto de la firmeza revolucionaria de los nuevos gobernantes encabezados por Fidel Castro. Pero en su actitud agresiva y confusionista, las fuerzas reaccionarias jamás han hecho diferencia. Y cuando se dice que el gobierno de Estados Unidos no permitirá la aparición de una «nueva Cuba» en el continente no se refiere sólo a la presencia del socialismo, sino al triunfo de cualquier movimiento de liberación nacional bajo el régimen revolucionario democrático-burgués. No es al comunismo exclusivamente lo que combaten las fuerzas reaccionarias, como quieren hacerlo ver a todo trance, sino a la liberación de los pueblos para poner fin a la explotación y el coloniaje.

«A los imperialistas los tendría sin cuidado que nosotros –dijo Raúl Castro el 1º de Mayo de 1959– izáramos en el mástil del Capitolio Nacional [67] la bandera roja con la hoz y el martillo y no realizáramos la Reforma Agraria ni pusiéramos en marcha una política que afecte los grandes intereses norteamericanos en nuestro país».

Y es que lo formal tiene sin cuidado a los reaccionarios, aun cuando aparezcan muy apegados a ello. Lo sensible, en todo caso, son sus intereses que garantizan a través del dominio político y económico sobre los pueblos débiles. El gobierno cubano se ha caracterizado precisamente por los hechos, por la acción directa contra el coloniaje y la opresión imperialista. De ahí la sañuda actitud de Estados Unidos frente a la revolución. Sin embargo, como los hechos y no lo formal es también lo que galvaniza la voluntad popular, Cuba no ha podido ser derrotada y su pueblo avanza hacia la construcción de una nueva sociedad.

Son ocho años de lucha abierta, feroz, por parte del imperialismo contra el pequeño país cubano, en los cuales no ha habido la menor tregua. Todo el poderío de la reacción ha estado frente a aquel pueblo sin poder doblegarlo. Los fracasos de las fuerzas reaccionarias indican claramente que no es posible derrotar a un pueblo cuando éste se decide a luchar.

En las circunstancias históricas presentes, con un mundo donde el conjunto de las fuerzas revolucionarias es superior a las de la contrarrevolución, ningún pueblo que tome la ruta de su liberación podrá ser derrotado, independientemente de la ubicación geográfica o cualesquiera otros factores circunstanciales.

Vo Nguyen Giap en su libro Viet-Nam: Liberación de un pueblo, dice: «La guerra de liberación del pueblo vietnamita ha contribuido a poner en evidencia esta nueva verdad histórica: en la coyuntura internacional de hoy, un pueblo débil que se levanta y combate resueltamente por su liberación es capaz de vencer a sus enemigos cualesquiera sean y lograr la victoria final...»

Los imperialistas han fracasado en Cuba –ésta es la lección que debemos extraer– porque el pueblo insular, mayoritariamente consustanciado con los fines de la revolución y favorecido por su política liberadora, ha resuelto perecer antes que regresar al estado de explotación y miseria en que vivía; además, porque no se ha hallado solo, abandonado a su propia suerte, en la valiente lucha que libra día a día contra el inmenso poderío reaccionario. En todo momento ha tenido el apoyo del mundo socialista y de los pueblos amantes del progreso. Y, por otra parte, se han reflejado [68] en su favor las grandes contradicciones existentes dentro del propio sistema imperialista mundial.

La confirmación de que los imperialistas y demás reaccionarios sólo utilizan su lucha anticomunista como pretexto, como cortina de humo para ocultar sus verdaderos designios, está presente en el caso de Santo Domingo, donde la lucha por el retorno a la constitucionalidad democrática es totalmente distinta a la que libra el pueblo cubano en defensa de su régimen socialista.

En la República Dominicana el gobierno de Estados Unidos ha quedado una vez más al descubierto. Muchos gobiernos cuya actitud violatoria del principio de la libre autodeterminación de los pueblos podrá explicarse respecto a Cuba, donde el Poder lo ejerce el Partido Comunista, tuvieron que asumir una conducta diferente ante la burda intervención militar norteamericana en la otra Isla del Caribe, conducta que contribuyó a robustecer la firme posición del pueblo dominicano que, con las armas en la mano, impidió el retorno al gorilismo militar.

Los infantes de marina norteamericanos y los batallones aerotransportados no fueron a Santo Domingo a salvar vidas, como lo dijo recientemente el líder constitucionalista, coronel Francisco Caamaño Deñó. Su objetivo era restituir en el gobierno a la camarilla militar de Wessin y Wessin, o en ultimo caso, la de Imbert Barrera; impedir la restauración constitucional y el regreso de Juan Bosch a la presidencia de la República, cargo para el cual había sido electo en comicios democráticos. No se trataba de una insurgencia revolucionaria de signo comunista o siquiera de un firme movimiento de liberación nacional. El objetivo inmediato era el retorno a la normalidad constitucional, a la legalidad democrática, interrumpida en 1963 por un golpe de cuartel a cuya cabeza estuvieron Imbert Barrera y Wessin Wessin.

Juan Bosch es un político reformista y no un revolucionario. Su gobierno se caracterizó por querer hacer realidad la democracia representativa, realizar algunas reformas, muy tenues por cierto, en los esquemas del desarrollo económico y social; y mantener el imperio de las libertades públicas. La Constitución de 1962 ampara el libre juego de las ideas políticas dentro del régimen democrático y abre las puertas a determinadas modificaciones en el régimen de tenencia de la tierra y el desarrollo económico del país. La aplicación de dichas reformas por parte del gobierno legítimo, bastó y sobró para que los gorilas militares, bajo el pretexto de la amenaza [69] comunista frente a la debilidad del Presidente Constitucional, echaran a éste del Poder y establecieran, una vez más, la dictadura. La más reaccionaria camarilla militar dominicana, con el apoyo directo de la oligarquía y el imperialismo, puso fin por la fuerza al primer ensayo democrático después de 30 años de Poder omnímodo en manos de «Chapitas» Trujillo. Las fuerzas antipopulares y colonialistas, cuyas maniobras en el proceso electoral se quebraron contra la voluntad mayoritaria del pueblo dominicano, expresada en los votos en favor de Juan Bosch (como manifestación de la soberanía popular) no tardaron mucho en imponer por la violencia, con el beneplácito y solidaridad del gobierno de Estados Unidos, la opresión de su política reaccionaria.

Las fuerzas populares y democráticas no se cruzaron de brazos frente a la usurpación. En abril de 1965 reaparecieron en escena, en alianza cívicomilitar que depuso a la junta encabezada por Donald Rey Cabral; convocó el Congreso disuelto en 1963, que de acuerdo con la Constitución nuevamente en vigencia, designó al Presidente provisional de la República, entretanto se produjera el regreso del titular: Juan Bosch. Los sectores reaccionarios de las Fuerzas Armadas bajo el mando del general Wessin Wessin se pusieron de parte de la junta derrocada y se hicieron fuertes en la Base Aérea de San Isidro. Desde allí trataron de aplastar al movimiento democrático. El pueblo fue armado por el régimen constitucional. Esto conjuró cualquier posibilidad de victoria de las fuerzas reaccionarias. Asegurado el triunfo constitucionalista, con el apoyo popular masivo, el gobierno norteamericano invadió la isla; el subterfugio fue evacuar a los estadounidenses residenciados allí y proteger sus intereses. Tomadas posiciones en territorio dominicano, las tropas de Estados Unidos entraron a jugar su verdadero papel al lado de los militares reaccionarios. Primero apuntalaron los reductos de Wessin Wessin y luego, habida cuenta de que la alianza cívico-militar constitución alista no se atemorizó ni cedió un palmo de terreno en su decisión revolucionaria, jugaron la maniobra de un cambio formal. Patrocinaron la integración de una nueva Junta de Gobierno presidida por Imbert Barrera, sin la presencia de Wessin Wessin. La resistencia popular persistió con mayor ardor y heroísmo, alentada en gran parte por el repudio mundial de que fue objeto la agresión militar norteamericana.

El imperialismo, cuyas fuerzas habían ocupado largo tiempo el territorio quisqueyano, impuesto y sostenido al tirano Rafael Leónidas Trujillo, tuvo [70] que retroceder y abocarse a la negociación, sin lograr plenamente sus objetivos. El poderío militar norteamericano, desplegado con prontitud, no fue capaz de evitar la derrota de la reacción dominicana que a la postre tuvo que aceptar un gobierno de transición, con prescindencia de los gorilas más connotados; la incorporación al ejército de los oficiales constitucionalistas; la amnistía general; el regreso de los exilados durante el mandato de Rey Cabral, y la libre actividad de todos los partidos políticos, incluso de la extrema izquierda.

La crisis dominicana, que aún no se ha resuelto en su fondo, sirvió para terminar de desenmascarar al gobierno de Estados Unidos; para evidenciar, una vez más, que un pueblo decidido a luchar, con la razón política de su parte, no puede ser derrotado. Si alguien quiere dar cariz de victoria a la invasión militar norteamericana a Santo Domingo, no le quedará más remedio que conformarse con una victoria de carácter pírrico: donde las pérdidas fueron superiores a las ganancias.

Todos los pueblos latinoamericanos, todas las instituciones progresistas del mundo, se movieron a la vez contra la política intervencionista de Estados Unidos y en apoyo al pueblo ocupado por los infantes de marina. El gobierno de Johnson, incluso dentro de Norteamérica, sufrió una de las más fuertes derrotas morales de los últimos tiempos. El pueblo dominicano, en cambio, recibió vivas manifestaciones de solidaridad y respaldo que lo hicieron más firme en su posición y lo alientan hoy en el camino revolucionario contra la ocupación militar y por la independencia.

Allí también se verá, cómo ya ha comenzado a verse, que «ante un enemigo poderoso y agresivo, la victoria sólo se asegura con la unión de toda la nación en el seno de un sólido y amplio frente nacional unido basado en la alianza de los obreros y los campesinos...»

En Brasil, como en República Dominicana en 1963, las fuerzas reaccionarias se impusieron. Había también un régimen de cierto signo progresista, expresión del sufragio universal y enmarcado dentro de la constitucionalidad democrática. Joao Goulart, que sustituyó en su carácter de vicepresidente al presidente Jannio Quadros (a quien las fuerzas de la reacción obligaron a renunciar), fue derrocado por los gorilas militares, con el apoyo de Estados Unidos. El pretexto para insurgir contra este otro gobierno constitucional fue el mismo utilizado para derrocar a Juan Bosch: infiltración comunista.

Quadros y Goulart, al igual que Juan Bosch y otros políticos tradicionales [71] de nuestro continente (asimilables a algunos de la generación del 28 en Venezuela como Jóvito Villalba) aferrados a su formación dentro de la «cultura occidental», militan en el campo del reformismo; según sus tesis, el progreso de los pueblos «podrá lograrse a través de la evolución del estado actual y, la transformación progresiva del régimen y las instituciones políticas, económicas y sociales».

El desarrollo de esta teoría en América Latina, consecuencia directa del fatalismo geográfico, se ha visto constreñida en la práctica por sus mismos creadores (los imperialistas) como ha sucedido en varios países y recientemente en Brasil. Los peligros que se atribuyen a los cambios revolucionarios, frente al «inmenso poderío de la reacción» no desaparecen ni ante la tímida y vacilante esencia de la reforma. Y ésta no logra nuclear las masas populares y fuerzas progresistas para hacer frente, en el momento dado, a las fuerzas reaccionarias que, igual e indistintamente, se oponen a toda manifestación de cambio o avance revolucionario o reformista, capaz de poner en peligro sus intereses o vulnerar sus privilegios de clase.

La reacción militar brasileña, al servicio del imperialismo, los latifundistas y la poderosa burguesía intermediaria, no halló la menor resistencia frente al zarpazo consumado. Tanto la política de Quadros como la de Goulart, si bien carecía de contenido revolucionario, introdujo algunas reformas; en lo internacional, estableció relaciones con los países socialistas; y, en lo interno, varias medidas de beneficio para la burguesía industrial y agraria. La nacionalización de ciertas empresas norteamericanas de servicio, y la promulgación, bajo el gobierno de Goulart, de disposiciones referentes al régimen agrario, fueron suficientes para que la alianza oligarquía-imperialista consumara su acción de fuerza.

En los gobiernos del tipo de los derrocados en Brasil o anteriormente en Cuba (Carlos Prío Socarrás), en Perú (Bustamante y Rivera y Manuel Prado), en Argentina (Juan Domingo Perón y Arturo Frondizzi), en Venezuela (Isaías Medina Angarita y Rómulo Gallegos), en Chile (Carlos Ibáñez), en Ecuador (Velazco Ibarra y Carlos Arosemena), &c., la reacción, que mantiene en sus manos los principales instrumentos de Poder, entre ellos las Fuerzas Armadas, constituye la fuerza determinante. Los sectores populares y progresistas, cuyo único recurso, en este caso, son las normas del formalismo democrático y la ilusoria majestad de la Constitución, giran a la zaga y bajo la férula de aquélla, que no se detiene ante las formalidades legalistas si se presentan en su contra. [72]

Las fuerzas reaccionarias, que saben claramente para lo que el Poder sirve, sólo permiten determinadas libertades cuando éstas no afectan sus intereses y privilegios. En Brasil y en otros países de América Latina han sido derrocados aquellos gobiernos que pretendieron transponer los límites de su verdadera competencia; dar un paso más allá de lo permitido por la reacción. Tales gobiernos, sin una política popular definida para no chocar con los intereses de las clases dominantes, no alcanzan a despertar la Conciencia del pueblo, ni a colocar a su lado los sectores progresistas, para apoyarse en ellos y derrotar el golpismo.

Los políticos no revolucionarios creen que todo radica en la mayoría de votos acumulada para ganar el gobierno; consideran que si se perfila un régimen democrático representativo y se le orienta hacia la vigencia absoluta de la ley, nadie se atrevería a desafiar la ley. No acaban de comprender –ello se expresa a través de todas sus manifestaciones– que para ejercer el Poder real se necesita una fuerza capaz de enfrentarse con éxito y derrotar a las clases reaccionarias afectadas por el cambio constitucional.

Esta es precisamente la diferencia hallada por el imperialismo y demás fuerzas reaccionarias en los casos de Cuba, Santo Domingo y Brasil. En el primero, el Poder real ha pasado a manos del pueblo; en el segundo, el pueblo ha decidido adquirirlo a cualquier precio y en Brasil, donde el gobierno democrático sólo tenía carácter formal, el gorilismo militar encontró la expedita para imponer fácilmente su voluntad.

En el país más grande de América Latina, que tiene el ejército de aire, mar y tierra, más numeroso y 70 millones de habitantes, el imperialismo no tuvo necesidad de mover más de unos cuantos mariscales y generales para poner término a los gobiernos de Quadros y Goulart. En Cuba, por el contrario, el imperialismo ha puesto en práctica todos sus recursos, excepto la agresión militar directa de sus tropas (y esto porque el apoyo popular de la Revolución y la correlación internacional de fuerzas se lo impide), sin poder introducir el más ligero cambio en el rumbo ascendente de la Revolución. Y en Santo Domingo, donde sí apelaron al desembarco de los infantes de marina, la heroica resistencia del pueblo les frustró sus plenos objetivos.

Esto parece paradójico; pero para quienes llegan a entender que la fuerza de los pueblos no está en relación exclusiva a su número de habitantes, sino en función de su moral, conciencia y mentalidad de Poder, lo que ocurre [73] en Brasil, Cuba y Santo Domingo, es revelación exacta de la necesidad del Poder Político en manos del pueblo.

(Capítulo III del libro inédito de Fabricio Ojeda, Hacia la Conquista del Poder.)

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